𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 | 𝑴𝒂𝒍𝒌𝒐𝒄𝒐𝒈𝒍𝒖 𝑩𝒂𝒍𝒊 𝑩𝒆𝒚 | TERMINADA

𝕾𝖚𝖋𝖗𝖎𝖒𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔

La mañana siguiente mantiene a los esposos más calmados y con tranquilidad, vuelven a verse al tomar su desayuno sin decir nada, ambos partirían juntos al palacio de Sultán, no tenían más opción que seguir viéndose.

— Ayer me sobrepase y lo se.. — su mano que llevaba el jugo a su labio se detiene al oírlo — pero, quiero saber lo que haces para ayudarte.

— Y yo no quiero que te involucres..

— Debo hacerlo, — afirma — soy tu esposo.

— Aun así, no me gusta la idea remota que estés metido en todo lo que haga.

— ¿Y como esperas que te ayude?

Baja su mirada, tenía un buen punto, pero que él supiese o ayudase en todo lo que ella necesite significaba que su vida correría peligro.

No estaba dispuesta a sacrificar eso.

— Solo hicimos que leyera la carta que el mismo Ibrahim escribió.

— ¿Que carta?

— Ayas Pasha leyó la declaratoria de Ibrahim, vino a mi y Hurrem y accedimos a su petición.

— Y esa petición incluía mostrárselo al Sultán, ¿Verdad?

— Así es, al final si nunca lo hubiésemos sabido, Ayas Pasha lo habría hecho igual.

— Debió ser muy grave lo que decía para que su majestad decidiese matarlo.

— Se declaraba el Sultán de nuestra dinastía. — su rostro se desencaja — Reaccione igual, o era ahora o en unos meses, pero Ibrahim moriría de cualquier manera.

Siente el suspiro del Bey para ver su mano acercarse a la suya y refugiarla con sumo cuidado.

— Estoy de tu lado, cueste lo que cueste mi sultana.

— Gracias.. — le dedica una suave sonrisa.

— Que le parece mi sultana si vamos en caballo al palacio.. — se pone de pie para extender su mano — será muy divertido.

— Eso me gusta. — le sonríe para ceder su mano y marcharse juntos.

Llegan entre risas al palacio, su amado es el primero en bajar para ayudar a su hermosa sultana. Se adentran entre una conversación amena para luego dividir su camino con un rápido y suave beso.

Sus pasos terminar al adentrarse a los aposentos de Hurrem donde la reverencian, la mujer no se encontraba sola, estaba con su hija y prima.

— Bienvenida sultana.

— Gracias Hurrem.. — se acerca para sentarse a su lado y ser seguida por la compañía ahí — ¿Alguna novedad?

— Sultanas.. — la mujer ve a su hija — por que no van por aire fresco, la sultana y yo necesitamos hablar.

Asienten para ponerse de pie e inclinarse terminando por salir, la bella mujer de ojos almendrados mira a su madre esperando que respondiese su pregunta.

— Aun no Raziye, pero su majestad esta furioso por lo de ayer.

— Debes interceder con cuidado, hacer que alejen a la sultana de una vez por todas.

Y antes que responda la puerta es tocada para ser abierta, sus ojos ven quien ingresa para demostrar el respecto que ya era común.

— Sultanas.

— Dime Esma.

— Su majestad el Sultán pidió verla en los jardines privados.

— ¿Ahora?