El tucán canta mientras la lluvia de ácido cae sobre las pululantes moscas que se lanzan sobre el putrefacto cuerpo del más bello ocelote del bosque, ¡hemos perdido la magnificencia!
Observa los extraños colores del tucán que canta mientras la lluvia de turbia agua termina. ¡Es el tucán con pico rosa!, ¡Vaya maravilla del capricho de la naturaleza!
-¿Pero no notas que este animal no es el capricho de la naturaleza?- se levanta la voz de un viejo decrépito.
-¿Quién eres tú mi querido viejo del bosque?, -pregunta el niño- tú, viejo, quien te descubres de entre esas hojas como un fantasma o quizá espíritu del bosque. ¿Quién eres?
-No soy, fui. ¿Quién fui?, puedes preguntar pequeño. Yo fui hombre como todos. Mi esposa murió por las pruebas de mutaciones genéticas que se le impusieron. Fui un hombre de esperanzas.
El viejo con sus ropas rasgadas entra en llanto y la lluvia inicia otra vez, las moscas ya no están. La noche cae y el viejo sigue sollozando por la vida perdida en este mundo.
-Hijo mío, dice con voz quebrado el viejo, no veas a ese tucán como peculiar y entidad divina de la naturaleza; éste es producto del capricho del hombre. Ha llenado de colores las plumas, ya no puede sucumbir por los cielos, está muerto.
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Historias de popurrí y retazos de pensamiento
PoetryMi posible prólogo La historia comienza con un poco de aire fresco, una situación fugaz y un poco de tinta melancólica, sentimientos trastocados y un sinfin de actitudes hacia el contraste de la suavidad y la dureza de lo que se vive, anhela, se des...
