—Corre que nos van a ver.
Tengo 14 años aproximadamente, la adrenalina circula rabiosa por mi sangre, estoy corriendo como alma que lleva el diablo porque acabo de escaparme del colegio, mi uniforme de falda escocesa y saco rojo no me colabora mucho que digamos en estas labores de escape, menos mal que siempre me ha gustado hacer deporte, el trote diario sumado a mis exigentes prácticas de tenis me mantiene en forma.
—Espérame, Jeongyeon, no soy tan rápida —Escucho a Nayeon detrás mío, está agitada, nunca fue buena deportista, escasamente aprobaba educación física y eso con ayuda de trabajos escritos, está transpirando como nunca antes, sin embargo es un misterio para mí como aún conserva su cola de caballo bien puesta, si el profesor Choi la viera en estos momentos estaría orgulloso de su esfuerzo.
—No te quejes tanto solo corre —Volteo a verla, se mueve atareada con la pesada carga que representa su mochila llena de libros, no entiendo si no es necesario llevarlos todos los días, ¿por qué hacerlo? solo río por su mala condición.
—Eso intento —Contesta entrecortada.
—Aquí vamos a estar bien —Le señalo el lugar mientras descargo la pesada mochila que tengo en la espalda, caminamos a paso lento a la cima de una colina a buscar sombra debajo de un gran árbol, nos recostamos en el césped tratando de normalizar la respiración, deslizo mi mano por mi pecho, mi corazón esta como un caballo desbocado.
Pasan varios minutos en la que estamos en completo silencio, no de esos incómodos, de esos en los que disfrutas de la compañía de la otra persona sin necesidad de hablar, levanto mis manos intentando delinear las figuras que se forman cuando los rayos de sol se filtran entre las hojas.
—¿Sabes? nunca pensé que fueras capaz de escaparte —dije riendo— Van a pensar que soy mala influencia para ti —Volteo a verla con una sonrisa amplia.
—Te dije que iba a hacerlo… solo lo hice.
No puedo evitar reír, me asombra que Nayeon haya cumplido lo que dijo, ella que siempre es la niña buena que nunca se mete en problemas. De pronto, siento como mi mano es tomada por ella, me agrada, es cálida, volteo a verla, nunca antes había sentido este cosquilleo en mi estómago, trago saliva, es miedoso sentir algo por primera vez, pero no puedo evitar que me guste.
—Gracias.
Dibujó una sonrisa tímida que ella me corresponde de inmediato, su mano no me suelta y mi cosquilleo no desaparece, nunca antes me había sucedido, solo hasta ahora, solo con ella, ¿qué tiene ella de diferente?
—¿Sabes? me gusta tu sonrisa, valió la pena todo, aunque mañana nos vayan a castigar… te dije que haría que volvieras a sonreír —Nayeon me saca de mis pensamientos, es cierto, desde que mi nana murió, no lo había vuelto hacer, nada parecía lograrlo, la extraño muchísimo.
—Es verdad… nunca te creí capaz —Levanto mis hombros.
—Intento cumplir lo que digo —Justifica su acción osada.
—¿Sabes? creo que me agradas… mi nana me dijo una vez que valemos por lo que somos capacez de cumplir —Esa frase marcaría mi vida para siempre... para bien o para mal hace parte de mi filosofía de vida.
—Creo que tú también me agradas —Jala mi mano llamando mi atención— Jeongyeon, quiero que me prometas que siempre seremos amigas y siempre sostendrás mi mano como ahora.
—Yo… —Suspiro pesadamente, no sé qué responder, no soy de tener amigas, pero quiero intentarlo— Está bien, lo prometo —Ella sonríe, está feliz con mi respuesta.
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La promesa || 2Yeon +18
Fanfic2Yeon> Jeongyeon, en su primer encuentro con el amor, se ve envuelta en un dilema inusual. Su corazón late por su mejor amiga, Nayeon, quien es heterosexual y tiene unas creencias muy diferente a las suyas. Este giro inesperado desafiará sus emocion...