Capítulo 2.

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Tres horas más tarde, Harry ha terminado su segunda taza de té, una generosa rebanada de pastel de zanahoria y un bizcocho recién horneado de chocolate.

El chico lindo —Louis—, ha estado yendo y viniendo a su mesa cada vez que tiene oportunidad para preguntar si la comida está siendo de su agrado o si se le ofrece alguna otra cosa. Ellos terminan teniendo pequeñas conversaciones luego de que Harry sonríe y le dice que todo está perfecto.

Hablan de cosas simples, cosas como cuál es el postre que más se vende o cuál es la bebida más laboriosa de preparar. Cuando están por profundizar la charla, Louis tiene que regresar a la caja por un nuevo cliente esperando ser atendido.

Es solo hasta que otro chico llega que Louis se permite quedarse más tiempo. Harry ve que el nuevo sale de la trastienda con el uniforme del establecimiento y se posiciona en la caja para tomar la orden de una madre y su pequeña hija. Por lo que parece, el chico es el relevo de Louis.

"¿Quieres sentarte?", Harry se aventura a preguntar, interrumpiendo a Louis en una entusiasta explicación de cómo se hace la masa madre. Y aunque Harry no logre entender cuál es la diferencia a los otros tipos de masa, podría seguir escuchándolo por horas. Aún no está listo para irse y lo más conveniente es que Louis no permanezca de pie a un lado de su mesa.

"Uh", dudando, el castaño da un vistazo sobre su hombro a su compañero. "¡Claro!", dice cuando comprueba que él estará bien sin su ayuda.

Harry suspira de alivio al no ser rechazado, pero luego se paraliza cuando Louis se sienta a su lado en la cabina en lugar de tomar el asiento de enfrente, como Harry esperaba que hiciera. De esa manera sus hombros están tocándose.

"Entonces, Louis—", Harry aprieta las manos en su taza y carraspea. "¿Hace cuanto trabajas aquí?"

Louis tararea mientras lo piensa. La cercanía no parece afectarle como le está afectando a él. "Desde que tenía unos doce años. El lugar le pertenece a mi tía abuela", responde con simpleza, inclinándose de lado para poder estar cara a cara. Con ese cambio de posición sus hombros dejan de tocarse, pero en cambio sus rodillas chocan bajo la mesa.

"Oh, ¿en serio?", preguntó Harry, intentando disimular sus nervios. "Es un lugar muy bonito. Me sorprende que no haya venido aquí antes."

En su defensa, la cafetería no está ubicada en el camino habitual que toma. Jamás la había visto, ni tampoco había escuchado de ella. Le agradece al idiota de Eric por tener un buen gusto, al menos.

"Sí, ella me ha enseñado todo lo que sé", Louis picotea los restos del bizcocho y se lo lleva a la boca, luego lame el chocolate en su pulgar. "Ahora es mayor y ya no puede mantener el mismo ritmo. Intento ayudar siempre que salgo de la escuela."

Harry acerca disimuladamente el platito hacia él para que lo termine. "¿Qué estás estudiando?"

Louis sonríe de lado. "Yo soy el maestro, en realidad."

Los ojos de Harry se abren con sorpresa. "¿De verdad? Te ves— muy joven para serlo. Es grandioso, ¿qué grado impartes?"

"Primer grado", Louis dice con orgullo. "Acabo de recibir mi cédula. Estoy jodidamente encariñado con mis niños y eso será un problema cuando termine el ciclo escolar. Tía Beth dice que es porque son mi primer grupo de alumnos y que será diferente con los próximos. Supongo que el tiempo hará que me apegue menos a ellos."

Termina con un sonrojo en sus mejillas y un encogimiento de hombros, claramente avergonzado por su revelación. Harry también nota que su sonrisa se curvó hacia abajo, afligido al solo pensar en separarse de un montón de niños que probablemente no lo recordarán a él.

Literalmente En Mis Sueños || Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora