FIVE

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Las semanas habían transcurrido con calma y un poco de estrés para ambos menores, pues la semana de parciales había comenzado semanas atrás.

Y a pesar de que vivieran juntos —y junto a sus otros mayores— no habían hecho nada más que abrazarse al dormir y darse un apoyo mutuo.

Por suerte, aquellas estresantes semanas de estudios y exámenes habían acabado y la pareja había aprovechado que sus demás amigos llegaban tarde ese día.

—¡Mgh, Riki!— Chilló Kim, abrazando las caderas del menor con sus piernas.—¡Sí, sí, más... m-más rápido!— Pidió entre gemidos.

El rubio acató su pedido, aumentando el movimiento de sus caderas.

—H-Hyung, agh.— Balbuceó, besando las clavículas del mayor.

Sunoo tembló, sintiendo su abdomen tensarse y sus piernas tiritar ante los espasmos.

—¡Ah! Cariño...— Apretó las sábanas entre sus manos, cerrando los ojos con fuerza y manteniendo su boca abierta.—Tan... Tan b-bueno...— Lagrimeó de placer.—Me... ¡Me encanta, sí!

El rubio reafirmó el agarre en los muslos del mayor, pegándolo a su cuerpo, mientras jugaba los erectos y sensibles pezones de Kim con su lengua.

El pelinegro terminó por abrazar el cuerpo de su pareja, permitiendo que este hundiera su cabeza en su cuello, llenándolo de rojizas marcas que se notarían más tarde.

Sus gemidos y jadeos incrementaban a medida que las embestidas contra su maltratada próstata aumentaban, sintiendo la fuerza del menor en cada penetración.

Sus miradas se conectaron y Sunoo aprovechó para besar los enrojecidos y mordisqueados labios del rubio, siendo un beso caliente y un poco torpe, pues Kim acallaba sus obscenos sonidos en el beso.

Con unas embestidas más, el Pelinegro alcanza su deseado orgasmo, soltando un fuerte gemido placentero mientras aferraba sus pequeñas uñas en la suave piel de la espalda del menor, dejándole unas lineales marcas al instante.

Riki termina viniéndose entre las contraídas paredes del mayor, apoyando su frente con la de Kim, aprovechando para dejar un beso esquimal en él.

—Extrañé esto.— Admitió el menor con el rostro sonrojado.

—Creí que fui el único.— Sonrió, ladeando la cabeza para besar al rubio, acariciando los cabellos de su nuca.

Con los dos menores estando en su nido de amor y mimos, el grupo de mayores estaban estáticos en la sala del hogar.

—¿Por qué tuvimos que escuchar eso?— Preguntó Jay, interrumpiendo el silencio.

—Debimos haber llegado más tarde.— Habló Sunghoon, avergonzado.

—Al menos sabemos que Jake estaba equivocado.— Dijo Jungwon repentinamente.

—¿De qué hablas?— Inquirió Jake, frunciendo el entrecejo.

—Riki no es el pasivo.— Respondió Yang.—Mejor salgamos un rato, ellos no deben enterarse de que escuchamos esto.

Aunque Jungwon estaba en lo cierto, Riki no era el pasivo...

Después de todo, ¿por qué lo sería?


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PASSIVE / SUNKI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora