Capítulo 3: El Origen de la Oscuridad

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Tras superar las pruebas en la Ciudad Celestial y la Biblioteca Cósmica, los Caballeros de Oro avanzaron más profundamente en el reino celestial, siguiendo las indicaciones de Astra, la Estrella Guía. En su travesía, se encontraron con un rincón del cosmos donde la luz titilaba con timidez, como si la oscuridad misma amenazara con devorar las estrellas.

Eóneas de Sagitario: (observando la oscuridad) Algo no está en equilibrio aquí. La oscuridad amenaza con reclamar este rincón del universo.

los Caballeros de Oro se adentraron en la penumbra, explorando los recovecos donde las sombras danzaban entre las estrellas. Allí, encontraron vestigios de una presencia antigua, una esencia cósmica corrompida que resonaba con ira y desesperación.

Sombra de Capricornio: (palpando la oscuridad) Esto no es solo oscuridad. Es una fuerza antigua, una sombra que intenta desgarrar el tejido mismo del universo.

A medida que avanzaban, descubrieron el origen de la oscuridad: un dios caído, una entidad cósmica que una vez fue reverenciada pero que cayó en la amargura y el deseo de venganza contra los dioses gobernantes del cielo.

Erebos, el Caído (también conocido como Thanar): (emerger de las sombras) Caballeros de Oro, bienvenidos al rincón oscuro de mi dominio. Soy Thanar, el exiliado celestial. Busco venganza contra aquellos que me desterraron.

Thanar, con su esencia corrompida, revelan su historia de traición y destierro por parte de los dioses que alguna vez lo adoraron

Hace eones en el reino celestial, Thanar, una vez reverenciado como un dios celestial de la luz y la creación, gobernaba junto a sus pares en armonía. Sin embargo, la ambición y la sed de poder corrompieron su ser, llevándolo por un oscuro sendero de traición y maquinaciones cósmicas.

Thanar codiciaba el poder absoluto sobre la creación, desafiando los principios que mantenían el equilibrio del cosmos. Sus acciones desencadenaron un conflicto celestial que sacudió los cimientos mismos del reino de los dioses.

Astra, la Estrella Guía: (recordando) Thanar, una vez nuestro hermano celestial, cayó en las sombras debido a su propia ambición desmedida.

Los dioses gobernantes, conscientes de la amenaza que Thanar representaba, tomaron la difícil decisión de desterrarlo al rincón más oscuro del universo, donde la luz apenas podía penetrar. Este exilio cósmico pretendía contener la oscura influencia de Thanar y evitar que su corrupción se extendiera por el reino celestial.

Chronos, el Guardián del Tiempo: (reflexionando) El destierro de Thanar fue necesario para preservar el equilibrio. Sin embargo, parece que la oscuridad aún busca regresar.

La historia del destierro de Thanar se convirtió en una leyenda entre los dioses celestiales, una advertencia sobre los peligros de la ambición desmedida y la corrupción cósmica. La presencia del exiliado celestial resonaba en los rincones más oscuros del reino celestial, esperando su oportunidad para reclamar venganza contra aquellos que lo desterraron.

Eóneas de Sagitario: (con determinación) Detendremos a Thanar y restauraremos el equilibrio cósmico. Su sed de venganza no prevalecerá sobre la luz de nuestras constelaciones.

Chronos, el Guardián del Tiempo: Tu deseo de venganza solo traerá desolación al cosmos. Detendremos tus oscuros designios.

En respuesta a las palabras del Guardián del Tiempo, una luz celestial surgió, y con ella, la majestuosidad de Caelum, el Señor del Cielo. Su voz, resonante como el eco de las estrellas, cortó el aire lleno de tensión.

Saint Seiya: Renacimiento CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora