𝕻𝖚𝖙𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝖌𝖔𝖇𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔// 𝕽𝖚𝖘𝖆𝖒𝖊

[🥂]-𝐕𝐈

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- Mhg... Buenos días.. - Se removió en las sábanas buscando una posición más cómoda, el ruso lo abrazaba, más que abrazar, pareciera que lo estuviera ahorcando.

- Buenos días.. ¿Cómo amaneces? - Preguntó en un susurro al oído del de tez pálida.

- ...Tal vez con dolor... ¿Que raro, no? - Dijo en un tono algo sarcástico pero a la vez fastidio.

- ...Está bien, ya entendí. - Soltó una risa baja mientras el americano se soltaba del abrazo y se escondía bajo las sábanas molesto.

- Ya tengo que ir a mi oficina y empezar mi labor.. cualquier cosa que necesites me puedes buscar. - Dió un beso en la cabeza del estadounidense que era lo único que salía de la anatomía del de tez pálida de aquella manta.

- Está bien, adiós. - Sacó un poco la cabeza para poder ver cómo el eslavo se iba, sin embargo, el ya no estaba ahí.

-¿Huh? - Sacó un pequeño sonido antes de sentir las manos rusas en su cuerpo, haciéndole cosquillas.

- ¡Hahaha! ¡R-rusia! ¡Hahaha!- Se reía descontroladamente mientras intentaba apartar las manos de su cuerpo.

- ¿Vas a seguir estando enojado? - Preguntó.

El americano asintió de golpe, recibiendo cosquillas más intensas que las anteriores, intentaba escapar de ese agarre, pero simplemente de cosa se podía mover por la reacción de su cuerpo al sentir esa acción de parte del ruso.

- ¿Vas a seguir enojado? - Preguntó, el de tez pálida negó y por fin pudo tomar aire, pues el de tierras frías había dejado de hacerle cosquillas.

- Jajaja.. casi me matas, Rusia. - Dijo cruzándose de brazos, mirando fijamente al ruso.

- No exageres.. parece que follarte te pone de mal humor. - Una almohada fue lanzada con fuerza a su cara, tan fuerte la tiro el estadounidense que el cuerpo ruso casi cae al frío piso.

- ¡Cállate! - Estaba avergonzado a más no poder.

- Huh.. relájate alas de ángel.. solo fue un decir. - Se sobó con su mano la mejilla, pues sintió como su cara fue volteada con fuerza, tal como una bofetada de las que su padre alemán solía darle.

- ...Espera, ¿Cómo sabes que tengo alas? - Volteó a ver con preocupación al mayor que solo negó con una leve sonrisa en sus labios.

- ¿No es obvio? Pero tranquilo, si las tienes ocultas es por algo, no le diré a nadie, se lo que se siente. - Habló.

- Te lo agradezco, ahora sí me disculpas, iré a asearme. - Se levantó de la cama con dificultad y se encerró en el baño, dejando a un ruso que ahora buscaba sábanas limpias para organizar la cama.

[...]

- ¿En serio quieres hacer esto? Rusia se ve muy contento con el. - Dijo aquel de procedencia alemana.

- No puedo permitir que arruine nuestro legado por una sucia perra repugnante, lo sabes muy bien. - Hablo con fastidio.

- Tiene razón, no podemos permitir eso- Contesto.

- ... Esta bien, si Rusia se entera de esto probablemente nos odiará y durará buen tiempo en perdonarnos. - Hablo Reich.

- ¿Acaso le dirás? Porque creo que *** no, y yo menos. - Dijo.