¿Qué es un rey? ¿un rey es justo, un rey es amable, un rey es Piadoso, un rey es bueno Y que tu pueblo te ame? A ¿un rey es injusto, antipático, despiadado y que tu pueblo tenga miedo? En el primero tendrías un reino feliz, pero, a la vez corrupto, las personas que te rodean se aprovecharían de tu amabilidad y gentileza eso empezaría a crear discordia en el reino, los soldados y pueblerinos no se verían contentos por el mandato, por la corrupción, los impuestos elevados por la codicia de unos viejos, al final llevaría a una rebelión, entre las personas que se benefician de estos y los que no y terminarían por destruir el reino. Y en el segundo caso tanto soldados como pueblerinos, por el temor y el cruel mandato del rey se revalorarían en contra de este. En ambos casos el reinado de ambos terminaría en una guerra civil que al final terminaría por la caída del reino, ya sea matándose entre sí u otro reino invasor aprovechando el problema interno.
Había visto este caso innumerables veces a lo largo de su extensa vida, imperios, reinos, religiones, países y más, desde su nacimiento hasta la muerte de estos mismos. Todos con reyes y emperadores ineptos, que al final murieron por unos de sus lacayos, pero, también en su larga vida, conoció a un rey, se atrevería a decir el mejor rey, un gran rey…
Lo conoció en sus viajes por el mundo, en sus redadas visitando pueblos, hasta que llego a un reino de nombre Jerusalén. Cuando lo vio, tan solo tenía 13 años, apenas había sido nombrado rey tras la muerte de su padre, pensó que su cargo duraría poco, un niño a cargo de un reino tan importante como lo fue Jerusalén en ese tiempo lo llevaría a la destrucción por tan poca experiencia, pero no, que equivocado estaba, el niño guio a su reino como mejor pudo, victorias y glorias abordaron su reino.
Se acercó a él, habló con él, le pregunto cómo se llamaba y él dijo que su nombre, Su gran y respetado nombre que en los años y siglos venideros sería reconocido por su gran reinado. Balduino IV así se llamaba, tal vez su logro más grande e importante fue su victoria sobre el poderoso y numero ejército del sultán Saladino de 27 mil soldados, su ejército menor al de Saladino con 4 mil guerreros y 100 templarios, y con la enfermedad que arrastraba desde los nueve años que deterioraba su cuerpo y con solo sintiendo un brazo, cabalgo hacia el sultán para defender su pueblo, la tierra santa, la tierra prometida de Dios, que estaba siendo invadida por este, con la cruz de Jesucristo resaltando y siendo cargada por los templarios “esta enfermedad arrasará mi cuerpo, pero no Jerusalén” Fueron sus palabras.
Sufría de lepra, esa enfermedad que le sentenció a una corta vida, le dijo que él podía curarlo de eso, pero Balduino se negó, le respondió que el moriría como vivió, respeto la decisión de su amigo Un gran rey, amable, dedicado y cuando se requería, de mano dura con los suyos. En sus cruzadas, un rey de otro país le preguntó ¿por qué no usaba corona? Y él le contestó con unas palabras que harían que los creyentes derramaron lágrimas por la pasión de su voz –“No usaré una corona de oro; donde mi salvador usó una de espinas”– sin duda alguna, fue un gran amigo y gran rey, si le preguntaran ¿Qué es un rey? El respondería “Balduino el leproso”.
Pero, vayamos directamente al único relato de verdadera importancia, el mío, –“me llamó Naruto, he tenido más nombres de los que nadie merece. Mi primer mentor me llamaba Eliel, porqué, yo era listo y lo sabía, mi primer amanta me llamaba Nathaniel, porque le gustaba como sonaba, también me han llamado, Menma, Dedo de luz y seis cuerdas. Me han llamado, Naruto el sin sangre, Naruto el arcano, y Naruto el asesino de reyes. Todos esos nombres me los he ganado, los he comprado y he pagado por ellos, pero, crecí siendo Naruto, he robado princesas a reyes agónicos, he pasado la noche con Afrodita, y he despertado vivo y cuerdo. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día, he hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos, quizás que hayas oído hablar de mi”–.