La Princesa Del Demonio [JENSOO]

[𝟭𝟭] 𝗗𝗲𝘀𝗰𝘂𝗯𝗿𝗶𝗿 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀

A día de hoy, no sabía cómo su corazón aún no estallaba por como bombeaba de rápido los 365 días del año, durante todos los años desde que su padre falleció.

Incluso en este momento, su diminuto corazón no podía controlarse a tal noticia de su mayor.

Jisoo había asesinado.

––¿Por qué hiciste eso?–– Preguntó aún asustada. Realmente, pese a que fuera una demonio en toda regla, no se lo esperaba, algo muy tonto de su parte.

––Jennie Kim... ¿por qué sigues dudando de mí?–– Comentó mientras se acercaba ladeando la cabeza, recordando lo muy escalofriante que era con sus cuencas y cuernos totalmente intimidantes.–– ¿Crees que por protegerte a ti, soy buena con los demás?

Jennie tragó en seco, pues su boca se asemejaba más a un desierto en estos instantes.

Y al no ver respuestas, la mayor continuó.

––Supongo que no lo recuerdas... yo vine por ti, Jennie, tú eres mi objetivo y tuvimos un trato.–– Se acercaba cada vez más, la mencionada pudo sentir aquella respiración hirviendo, sin duda era un ser de fuego. — Yo te protejo a ti y luego tú vendrás conmigo.

Ella apretó sus puños con fuerza, sonando pequeños huesos en el proceso, parecía que no, pero esa potencia era inhumana.

Y eso hacía que Jennie tocara pies contra tierra, recordando que aquella "chica" era capaz de lo que sea... recordando que tenía algo muy inimaginable que nadie más tenía.

––Y-yo no sé qué hacer con esta información...–– Dijo cabizbaja, mirando lo increíblemente imponente que se veía hasta la parte inferior de Jisoo.

Se escuchó un suspiro grave.

––Escucha, Jennie, estoy aquí para hacer lo que tú quieras, es parte de mi trato.

––Pero yo no te dije que los mataras.–– Habló tímida.–– E-es decir.— La miró, tratando que entendiera lo que quería decir.–– Suena feo, lo sé, no me molesta que murieran pero...–– Jisoo volvió a suspirar.–– ¿Por qué lo hi-hiciste?

De las cuencas totalmente negras de Jisoo aparecieron unos misteriosos puntos blancos haciendo de "pupila" logrando hacerla ver más tenebrosa, ya que Jennie soltó un quejido y se separó. No era lo único, pues de sus dientes blancos y perfectos empezaron a salir afilados colmillos cubiertos de sangre a la vez que de su espalda se alzaban un par de alas negras y enormes.

Jennie retrocedió, era la primera vez en días que Jisoo la volvía a asustar de esa manera.

––J-Jisoo, ¿qué te pasa?–– Dijo asustada a la vez que chocaba con pared y sentía la escasez del aire.

––Jennie.–– Se acercó más.–– ¿Por qué aún confundes lo que soy?— Sus manos se colocaron a los lados de la cabeza de Jen, quedando acorralada.–– Esta es la verdadera yo, esto es lo que tienes por el resto de la vida eterna.–– Bufó al decir, su ceño siendo fruncido.

Jennie trató de mantener la mirada fija a esas cuencas, pero aún seguía siendo muy miedosa.

Y Jisoo lo entendió.

––Te he estado ayudando todo este tiempo, esa fuerza y valentía no sale solo por ti, mi vida.— Soltó en un suspiro adormecedor, si algo le encantaba a la castaña era la voz que tenía la contraria.–– Mírame, Jennie, y acepta lo que tienes.

Y sí, ella estaba dispuesta, ya lo había tomado, ya sabía lo que le esperaba.

––S-si.–– Balbuceó, pero levantó su mirada y la vio, con esa mirada tan escalofriante, con esa altura tan intimidante, con esas manos y esa fuerza, que lograban matar a cualquiera con tan solo sentirla. Eso era lo que tenía: una demonio, una asesina, un ser malvado.