Todo comenzó a cambiar y el corazón se agrietaba con la ausencia de cariño.
Todo era diferente, era más doloroso, más frío y cada vez más me sentía como un abandonado niñoLas palabras no eran dulces como lo solían ser y cada mensaje era un trago amargo de indiferencias constantes.
Los buenos días se volvieron simples, sin cariño y de ser buenos se volvían más distantes.Esperaba constantemente un cambio radical que me devolviera el amor genuino que me solías dar.
Lo esperaba de día y lo sobre pensaba de noche donde el silencio era abrasador y más doloroso en su andar.El corazón me gotea lagrimas de entre las grietas que ocasionaban las distantes conversaciones.
La monotonía se había vuelto un alimento diario y el extrañarte se me volvió una costumbre constante.No se cuanto soporte seguir llorando nuestro sueño que se acabo en segundos entre sollozos y lagrimas.
Solo quiero descansar y dejar de vivir con la agonía que me atormenta a diario y dejar de pensar que esto es una pesadilla más.