ꪆ୧ Viaje a tu corazón ֶָ֢ ׁ hualianfem! ᰵ

Capítulo cuatro: Diablo negro.

Antes de leer, quería dejar en claro que en esta traducción shi qingxuan ocupará el pronombre “elle”, en la historia original es “they” pero traducido al español se lee raro, así que me comunique con el autor original y quedamos en que ocupará ese pronombre.

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Hua Cheng

“¿Por qué querría salir contigo?” Dijo He Xuan por teléfono.

“Porque no quiero ir sola, y además, porque te gusta la vida nocturna. Y me debes una” Replicó Hua Cheng.

Cuando el hombre que habló por teléfono no respondió, supo que ya lo había persuadido cuando le pidió salir por primera vez. Simplemente le gustaba ser un dolor de cabeza y no admitir que quería pasar el rato.

“¡¿Solo por un tatuaje en el antebrazo?!” Exclamó él. “¿Es tu vida así de aburrida? Para celebrar por un tatuaje en el antebrazo, por una chica a la que acosaste” Hua Cheng suspiró ante eso, parecía un poquito mal.

“Esa chica a la que acosé es amiga de… joder, ¿cómo se llamaban? Conoces a ese influencer… ¿Eh, como era?”

“Hablaste de ellos antes. Simplemente nunca te escucho, así que no lo recuerdo” He Xuan resopló amargamente por teléfono.

“Shiiii- Bueno, lo que sea. Del que hablaste” Un sonido agudo vino del otro extremo del teléfono de Hua Cheng, seguido de una maldición.

“Hija de puta” Murmuró He Xuan, aparentemente habiendo golpeado su pie con el borde de algo. “¿Shi Qingxuan?” Preguntó, su voz apenas era más que un susurro.

“Sí, ese” Respondió Hua Cheng, conteniendo al perdedor que quería salir de su boca.

“Quienes, por cierto, me estaban siguiendo. Así que los seguí porque, si hubiera seguido a Jiejie, habría sido extraño” Ella divagaba.

“¡Oh, sí, porque acosarla en Instagram está absolutamente bien!” Replicó Xuan.

Este hombre realmente estaba pidiendo una bofetada. “Ah. Ah. Ah” Hua Cheng respondió sarcásticamente.

“¿Estás pagando?” Preguntó él.

Hijo de-

¿Quién se cree este hombre que es?

“Eres muy patético, ¿lo sabías?” Se burló Hua Cheng.

“Chúpame la polla, Hua Cheng”

Ella resopló ante eso. “Dicho y hecho bebé, nunca lo volveré a hacer”.

He Xuan gimió por teléfono. “¡Fue una vez! ¡Deja de hablar de eso!”

“Me llamaste mami, lo recuerdo” Hua Cheng se burló de nuevo. Frustrar a He Xuan fue un juego muy divertido. “Dijiste, mami, por favor déjame correrme, estaré bien” Ella imitó.

“¡Detente!” Exclamó He Xuan, avergonzado.

“Cómo te aferraste a mí cuando te estaba montando…” Una inhalación en la otra línea.