Capítulo 7

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OBSERVO A Rachel mientras cuelga el teléfono y se desploma contra el auto, deslizándose contra la puerta del lado del acompañante para caer en el césped. Presiona una mano contra su estómago de una manera que hace retorcer el mío. Tiene el rostro pálido, le tiemblan los labios. Es la primera vez que veo a esta mujer llorar. Y no me gusta.
Con una mano, mamá deja caer el capó de nuestro auto y choca las manos para sacudirse el polvo. Camina hacia donde estoy parada, junto al maletero y toca mi mano.

-Fíjate si puedes hacerlo andar ahora, cariño. Creo que el cable de la batería solo se había aflojado por el impacto -Como no respondo, sigue mi mirada hasta Rachel-. Ya sabes que les dijo dónde estamos, Emma. Debemos irnos.

Me alejo de ella.

-Está herida, debes ayudarla.

-Tenemos que salir de aquí.

-¡Eres una enfermera, por Dios! Esto es lo que hacen las enfermeras. No podemos dejarla. Le disparaste.

Empiezo a ir hacia Rachel, pero mamá me agarra de la mano.

-Tiene un celular, puede llamar a una ambulancia si está muy herida.
-Nunca lo haría. No se arriesgaría al interrogatorio incluido por ir al hospital herida de un disparo, y nosotros tampoco queremos eso. Cada policía en el área nos buscará; les dirá sobre nosotras, y vendrán a buscarnos. Vamos, mamá. Sabes que habrá un reporte si lo hacemos a la manera "oficial."

Mamá cruza los brazos.

-Suena como si hubieras encubierto a esta mujer bastante.

Me tambaleo hacia atrás y cabeceo hacia Rachel.

-Ayúdala. Al menos asegúrate de que estará bien. -Mamá le echa un vistazo a Rachel y luego a mí. Sé que está pensando en discutir un poco más, pero no me daré por vencida-. Si no la ayudas, entonces deberás arrastrarme pataleando y gritando. Esta vez será una lucha justa, sin la ventaja del cloroformo. -Además, mamá tiene un arañazo en el brazo porque el arma se disparó cuando golpeamos el terraplén. No es nada parecido a las sangrientas heridas de bala que se ven en las películas... en realidad, ni siquiera estoy segura de si es una herida de bala, porque el agujero en su camiseta es más como un desgarrón que como un agujero; quizá se cortó con la ventana cuando se hizo añicos. No hay piel colgando ni nada, y la mancha de sangre no es más grande que un puño... y parece haber dejado de filtrarse a su camiseta. Mamá es resistente y probablemente no mostraría dolor si realmente lo sintiera, así que no sé qué tan serio es realmente. Entonces recuerdo que el doctor Milligan había dicho que la sangre de Syrena coagula más rápido que la de los humanos, que las heridas de los Syrena curan más rápido. Aún así, un pedazo de vidrio no podría cortar su gruesa piel de Syrena. ¿Se disparó, entonces?
Mientras estudio a mamá, ella estudia a Rachel. Está librando una guerra consigo misma y se le nota en el rostro:

Déjala.

Pero Emma luchará.
No tenemos otra opción que no sea dejarla.

Pero Emma lo hará difícil.

DÉJALA.

Finalmente, suspira y su rostro cambia de guerra a resignación. No estoy segura de si su conciencia pesa más que su instinto de escapar, o si simplemente no quiere pelear conmigo a plena luz del día, donde cualquiera podría vernos.

Juntas, caminamos los tres metros que hay hasta el auto de Rachel. La puerta del lado del conductor aún está entreabierta y el sonido de alerta podría darme un tic en el ojo. Cierro la puerta antes de acercarme a mamá y Rachel.

Mamá se arrodilla a su lado.

-Recibiste un disparo, -le dice a Rachel.

-Tú me disparaste, desquiciada perr...

Of Triton-Anna BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora