¡Hola Duxo! || Duxarinng

ᴛᴇ ᴀᴍᴏ ♡

La temporada de lluvias estaba finalmente terminando.  Cada día eran más suaves y menos duraderas, una de esas tantas tardes de llovizna sobre una de las tantas calles se escuchaban un par de pasos húmedos y solitarios yendo a un ritmo constante.

Duxo caminaba en silencio con la mente en el cielo disfrutando del ambiente, las gotas de lluvia caían sobre sus mechones azabache, se deslizaban hasta su abrigo gris con tonos morados y terminaban en el piso. Por el lugar donde estaba solo pasaban unos pocos carros que iban a baja velocidad, dejando ver en su interior a los adultos que venían agotados de su trabajo.

Finalmente el silencio por muy agradable que le pareciera termino por abrumarlo optando por poner algo de música y seguir con su tiempo a solas, se detuvo en el puente buscando su celular y sus orbes morados se desviaron a una silueta que estaba al lado opuesto, nada tardo en reconocer las ropas de pikachu.

—Soarinng —Elevo ligeramente la voz sin llegar a gritar, ganando rápido la atención del castaño.

—¡Hola Duxo! —Muy al contrario Soarinng grito un saludo girando parcialmente su cuerpo, sin despegarse de donde estaba apoyado, sus ojos se encontraron con los contrarios, guardaron silencio unos segundos.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has estado?

—He estado tranquilo supongo, al menos más que hace unos días —No quiso darle muchas vueltas al hecho que ignorara su primer pregunta.

—Aún no termino de creer que... Bueno, ya sabes...

—Perdí a mi padre en un accidente, mi madre falleció camino al hospital y mi hermana termino teniendo una fuerte depresión y se suicidó, todo en menos de mes y medio... Tranquilo, lo tengo más o menos asimilado.

Noto una sonrisa extraña en el rostro de su amigo, la lluvia regreso de nueva cuenta haciendo que ambos subieran la mirada al cielo.

—Sabes... Recuerdo que, cuando aún era un niño mamá me llevaba al parque a jugar con los charcos, solo ella y yo ya que mi hermana y papá se enfermaban con facilidad en esta época.

En los ojos casi apagados de Soarinng unas lágrimas amenazaron con salir.

—También recuerdo... Que en la noche mi papá nos preparaba chocolate caliente, con él y mi hermana bien abrigados salíamos a ver las estrellas e inventarnos constelaciones, como la sopa de espinacas o el lápiz roto —Soltó un suspiro antes de hacer una mueca y tirar su cabeza para atrás, dejando que las lágrimas se mezclaran con la lluvia y perdieran en sus mejillas.

Duxo que hasta ese momento se había mantenido de su lado del puente planeaba acercarse al castaño, pero un trueno le hizo dar un brinco, la lluvia planeaba volverse más fuerte y debía regresar rápido a casa.

—Había días, donde mis padres apagaban todas las luces, iluminaban la sala con velas, en el suelo armaban una cama de colchas y nos poníamos a ver películas de terror... Siempre terminaba temblando de miedo y dormía con ellos, mi hermana se nos unía.