6. Detrás de los libros

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Seguía procesando todo lo que había pasado, todo lo que había ocurrido en un momento tan fugaz como una estrella en el cielo. ¿Me acababan de plantar un beso en mis labios carnosos?

-Te ves preciosa cuando te sonrojas, para que lo sepas-me dijo, acariciando lentamente mi mejilla y besando el lunar en mi nariz.-Y el lunar que hay en tu nariz es tan precioso como tus ojos.

-G-gracias... No sé cómo reaccionar ante una situación así...-balbucée.

Recuperamos la compostura y nos pusimos a jugar a videojuegos como el Mario Kart 8, el Wii party. Fue una de mis mejores tardes, pasándolas a solas con alguien. Pero se me presentaba una sensación extraña que era difícil de explicar con simples palabras. 

Oscurecido el ambiente, escondido el sol, tomamos la decisión de pedir algo de comida a domicilio: una pizza con pepperoni.

- Uno de mis planazos favoritos es este: ver Friends en la televisión comiendo comida basura y con alguien que de verdad tenga buen gusto en las series-comentaba Dan mientras estiraba su brazo.

- A mí también me encanta, y sinceramente, esperaba encontrar a alguien con quien pasar el tiempo así de esta manera. No se puede decir que haya tenido buena suerte al encontrar a alguien con mis mismos gustos.

Y es cierto. Mis amigos tenían otro tipo de planes, y yo prefería hacer cosas más hogareñas y más calmadas por mi propia seguridad. 

La pizza llegó en un plazo exacto de media hora, y nos sentamos con una cobija cubriendo nuestro cuerpo con la pizza entre nuestras rodillas. Sentí una electricidad extraña, hojas simbólicas alrededor de mí cuando nuestras manos se cruzaban para poder agarrar un trozo de comida. Miraba sus ojos cuando esto pasaba, él los míos. Inefable conexión entre nosotros dos se interpuso.

Me ofreció a pasar la noche en el cuarto de invitados, ya que nadie ocupa la sala. Me prestó una sudadera de las suyas con el logo de Star wars, y unos pantalones que me quedaban genial. También se aseguró de poner ambientador para que oliese bien.

- ¿Lo tenías todo preparado? Yo alucino contigo

- Siempre preparo todo para cuando va a venir alguien a quien quiero causar buena impresión- sonrió levemente.

El reloj marcaba las 23:30, y mis ojos se cerraron inmediatamnte. No me percaté de que me había quedado dormida en su brazo, manteniendo contacto físico con él. Mientras dormía, sentía cómo me cargaban en brazos hacia el cuarto donde iba a dormir, y me tapaban el cuerpo suavemente y con delicadeza. Sentía cómo apartaban mi cabello para dormir cómodamente, y después un leve beso en la frente, que simboliza en general protección.

Sentí un susurro:

-Buenas noches, preciosa.

Y las puertas se cerraron.

La mañana siguiente me desperté y allí me encontré una nota:

''Bella, te he dejado un croissant y un cola-cao en el frigorífico para que te sea visible. Yo me he ido con unos amigos de otro piso. Cuando te vayas, cierra bien la puerta. Cuídate. Nos vemos el lunes en la biblioteca a las 13:00. Necesito decirte algo importante''

Sonreír al leer la nota y me la guardé en mi bolsillo como recordatorio. Apunté un recordatorio en el teléfono por si las moscas.


Se me pasó el domingo ultra rápido, y el lunes ya tenía todo preparado para mi día de hoy. Claire se había despertado con dolores de ovarios y tuve que despertarme pronto para poder prepararle un té caliente kombucha con extracto de manzanilla, puesto que le gustan demasiado. También le di un bombón de chocolate por si se le antojaba bastante. Bajé a la farmacia a por Nolotil para las dos y por si algún día es necesario. Agarré un saco caliente, lo puse en el microondas y la tapé en la cama para que descansase bien. ¿De quién me habré inspirado para ser tan cuidadosa?

- Suerte en tu día de hoy, Bella-dijo Claire con los ojos entrecerrados y las manos en sus ovarios. No me quiero imaginar lo mal que lo debe de estar pasando cualquier mujer en el planeta con semejante dolor.

Corrí hacia clases, y me dediqué a atender, tomar apuntes y dibujar cosas random en la agenda, dejando espacio para el planning.

El reloj marcaba la 1, y me dirigí a la biblioteca para ver si Dan se encontraba allí. Abrí las puertas y me lo encontré en el ordenador haciendo tareas de geometría. Me acerqué lentamente hacia él.

- Hey, hola. ¿Me necesitabas para algo?

Él no dijo nada. Se limitó a apagar el ordenador, guardar su libreta en su mochila y dirigirme hacia un pasillo donde se encuentran los libros de literatura inglesa. Se paró ante la estantería de los libros de romance, agarró el libro de ''Pride and Prejudice'', y me dirigió al capítulo 34, donde se encontraba la frase mítica:

"In vain I have struggled. It will not do. My feelings will not be repressed. You must allow me to tell you how ardently I admire and love you."

Una vez terminé de leerla, mis mejillas sonrojadas, mis ojos avellana que brillaban como bolas de discoteca, se dirigieron hacia los suyos una vez más. Colocó el libro entre nuestros perfiles para ocultarlos, y acarició mi mandíbula con delicadeza. 

Esta ocasión, yo tuve la iniciativa de dar un pequeño paso y me puse de cuclillas para alcanzar a sus labios más de lo que ya puedo. Me apartó los dos mechones de mi cara, colocándolos detrás de las orejas, y posó sus labios en los míos.

Este beso al principio fue un beso normal, pero poco a poco fue convirtiendose en pura pasión, fogosidad: su lengua rozaba por mis encías y bailaba al ritmo con la mía. En medio del beso, su sonrisa apareció, y la mía también se asomó. Nuestras sonrisas querían conocerse, ser amigas.

- Detrás de los libros, podemos recrear literatura juntos-dijo mi lado poético.


Besos escondidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora