꒰ 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟷 ꒱

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Ya me han informado que tu novio es un insípido aburrido, que le gusta salir de noche, pasarse de copas y perderse por la gran ciudad, que no le importa si lo buscas desesperadamente y que tan solo le importas si tu esbelta figura no está a su lad...

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Ya me han informado que tu novio es un insípido aburrido, que le gusta salir de noche, pasarse de copas y perderse por la gran ciudad, que no le importa si lo buscas desesperadamente y que tan solo le importas si tu esbelta figura no está a su lado, yo sé que el no te merece 

No te merece tanto como yo te merezco.

En la oficina se rumorea que tu no lo quieres y lo sé porque ese rumor lo inventé yo, porque sé que es real.

Por las mañanas te encuentro merodeando por la oficina como el buen secretario que eres, entregando papeles con esa sonrisa deslumbrante y tus ojos negros oscuros junto al tintineo de tus aretes, te veo demasiado cuando en un reflejo de ansiedad pasas la lengua por tus labios y como ligeramente curvas tu boca ante el maltrato de algún cliente, también noto como tu voz ligeramente aguda en la mañana se va tornando más neutra y oscura a medida que pasa el tiempo y tu cansancio reflota. Te observo demasiado Mark, porque eres precioso.

Lo que no hallo precioso en ti es cuando expectante golpeas ese anillo de tu anular contra la mesada de tu escritorio o cuando veo que te despides de él todas las mañanas con una corta mirada que no debería ser apto él de contemplarla, eso no me parece precioso, al contrario, me enerva la sangre.

Porque tu marido, el insípido de tu marido, Lee Jeno, no te merece, en cambio yo si.

Lunes por la mañana, 8:20, como todos los cinco días de la semana, arranque mi auto camino a la oficina.

La lluvia era intensa y empapaba los vidrios del carro, pero estos eran sucumbidos por el parabrisas. Frustrado por no haber llevado un paraguas estacione mi auto y corrí hacia las puertas de la empresa, con un pequeño saludo a Wendy, me adentré al ascensor.

Antes de que el ascensor cerrara, pude observar a Mark con el cabello mojado saliendo de aquel auto azul oscuro y lo esperé.

Supe que su novio seguía adentro del auto, gozando de la calefacción y que no lo acompañaría hacia el piso de la oficina, porque probablemente no quiera mojar aquel traje caro y de mal gusto que siempre llevaba, yo en cambio, hubiese dado todos mis sacos con tal de que una gota no toque a Mark.

Pero por otro lado le agradecí al idiota, Mark se veía hermoso con las gotas recorriendo su rostro, pero ¿por qué habían gotas brotando de sus ojos?

- Buen día, Yuta. - dijo al entrar con la mirada baja.

- Buen día, Mark, ¿te encuentras bien? - dude un poco en preguntarle.

Me miro a los ojos y sonrió levemente, tal vez por la ansiedad, tenía los ojos suavemente rojos, unas ojeras debajo de estos y las mejillas algo rojizas. Verlo de tal manera me dio ganas de cuidarlo y protegerlo.

- Bien, bien, solo que... ya sabes, con esto de la boda - 

Claro, Mark estaba preparando su boda con el idiota

𝙴𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒𝚘 ︙𝚈𝚞𝚖𝚊𝚛𝚔 - 𝙰𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora