Si al entrar al salón de clases me hubieran dicho que mi ida cambiaría para siempre, no lo hubiera creído.
Rebecca Patricia Armstrong linda, popular y muy heterosexual, no tiene ninguna preocupación en el mundo. Bueno, eso fue hasta que conoció a la nueva maestra de inglés.
Me pavoneaba en inglés y no me sorprendía cuando todos los ojos de clase estaban puestos en mi... ¡Como siempre!
Mientras iba camino hacia la silla regalaba sonrisas y miradas pícaras a todos mis compañeros. Era imposible no ver a todos con la boca abierta y babeando. Era un tema simple, las personas se aturdían con mi belleza.
Cuando por fin llegue a mi silla tire los libros de un golpe seco al escritorio. No me malinterpreten, me gustaba el inglés pero últimamente las clases se estaban tornando bastante aburridas....
Acabábamos de regresar de nuestras vacaciones de verano y toda la clase parecía en modo zombie. Era horrible despertar un lunes tan de mañana pero no me quejaba, hoy era clase de inglés y era imposible negar que me encantaba ser la superior de la clase. Y no, no era una nerd. También me gustaba ser de ayuda a mis compañeros de clase aunque no estaba segura de si realmente querían mi ayuda o simplemente querían tenerme cerca. A veces hasta me invitaban a sus casas pero, por supuesto. Siempre lo rechazaba.