Dolor como un segundo esqueleto

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Descargo de Responsabilidad: InuYasha pertenece a Rumiko Takahashi. Yo sólo estoy jugando con los personajes.

Notas: Este fic es un AU ambientado en tiempos modernos y participaba del Festín del Horror para la pagina de Facebook "InuYasha FanFics".

Sin embargo, antes que nada, permíteme decirte que lo que viene a continuación podría sonar un tanto exagerado, pero en serio, te lo digo con toda sinceridad: si tienes un estómago sensible o simplemente no te llevas bien con lo que podría considerarse como "horror corporal" o "cosas repulsivas", esta historia podría no ser lo tuyo. En otras palabras, es asquerosa. Estoy hablando de descripciones gráficas y desagradables que podrían causar incomodidad a más de uno. De hecho, podría llegar a ser bastante deprimente en algunos momentos. También presenta una relación co-dependiente entre hermanos gemelos, fuertemente influenciada por mi predilección por los gemelos en la ficción en general. Quizás esto pueda resultarte incómodo si buscas una dinámica más "saludable".

Y por amor a tus propios sentidos, no intentes leer esto mientras comes. En serio, no quiero arruinar tu apetito ni provocar náuseas innecesarias. Así que, si tienes un estómago fuerte y una curiosidad morbosa insaciable, adelante, pero asegúrate de estar preparado para lo que estás a punto de enfrentar. ¡Buena suerte!

Promp escogido: Dejavú.

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Cuando Naraku finalmente advierte la mancha en su estómago, ya ha soportado varios días de malestar.

Ese inusual malestar no puede ser ignorado. Un leve dolor, la persistente humedad de sudor en su frente, la fatiga que se apodera de su cuerpo. Es como si el déficit crónico de sueño que ha llevado a cuestas toda su vida hubiera decidido cobrar su deuda de una vez por todas. Naraku raramente se enferma, su resistencia a las adversidades se ha forjado con los años y su sistema inmunológico parece luchar ferozmente contra cualquier amenaza, como si fuera una tenia devorando a otros parásitos.

Se podría pensar que tal vez haya algo en su genética, una peculiaridad retorcida que le es propia, o quizás sea simplemente su naturaleza, porque siempre ha preferido la astucia sobre la ira. Sin embargo, no puede negar que últimamente ha encontrado una extraña paz, sus impulsos de enfado y agresión parecen haberse apaciguado como si las serpenteantes y húmedas sombras en su mente hubieran encontrado inadvertidamente la calma.

Entonces sí, todo parece estar en orden. Hasta que finalmente da con el lugar.

Al comienzo, ni siquiera cruza por su mente que esto tenga alguna relación. Ocurre en el momento en que se despoja de su ropa, listo para una ducha que espera aliviar la incesante lluvia de dolor que se le ha clavado en la cabeza y que se extiende hacia su espalda. En el reflejo del espejo, Naraku atrapa un destello de algo peculiar cerca de su cadera derecha, y casi lo ignora por completo. Sin embargo, en lugar de eso, se inclina hacia adelante, intrigado por la misteriosa marca que ha llamado su atención.

Es de color rosa intenso, como si hubiese tenido algo pegado contra ella y se lo acabara de quitar, adornada con pecas de un rojo ardiente, que se intensifican en el centro. Apenas del tamaño de una moneda de veinticinco centavos y sin rastro de piel dañada, permanece curiosamente intacta. Cuando Naraku la toca, nota que quizás está un tanto más cálida que la piel circundante y le produce una incómoda sensación de picazón y dolor, aunque no muestra signos de inflamación. Atribuye esta extraña mancha a un posible choque contra el picaporte de una puerta y, sin darle más importancia, se adentra en la ducha, relegando el misterio momentáneamente al olvido.

A pesar de que el vapor y el agua caliente brindan cierto alivio, Naraku no encuentra la cura mágica que esperaba. Por lo tanto, en cuanto sale de la regadera, toma la decisión de concederse un día de reposo. Para él, esto se traduce principalmente en indulgencias culinarias y una buena dosis de televisión. Naraku busca a Hitomi, pero no da con él, lo cual quizás sea lo mejor. Si está lidiando con alguna enfermedad incipiente, es preferible que uno de los dos se mantenga en buen estado.

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