-¡Via!¡El desayuno!
-¡Voy, mamá!
Una perezosa Olivia se estiraba sentada en el borde de su cama. Había pasado una hora lavándose el pelo con ayuda de su madre la noche anterior, y sumando el tiempo que tardó en preparar una mochila con ropa y demás objetos que pudiese necesitar en su viaje, el sueño se le había hecho poco.
Tras una ducha renovadora, se puso sus pantalones cargos preferidos y una camiseta básica blanca por debajo de la remendada camiseta negra de siempre. Casi todos los Buscadores vestían igual, dándole su toque personal, pero era la ropa más cómoda y práctica que podían conseguir. Los múltiples bolsillos en los pantalones eran un plus añadido a la utilidad del atuendo. En el caso de los otros eslabones de la cadena, ellos tenían más libertad a la hora de vestir porque no siempre hacían trabajo de campo, o sus tareas eran demasiado sucias como para vestir algo más "formal".
Olivia cruzó el pasillo y la recibió un dulce olor a tortitas desde la cocina. Su madre había tirado la casa por la ventana esa mañana para preparar el desayuno. Batidos de chocolate, galletas, tortitas, tostadas, huevos y zumo de frutas decoraban la mesa, ocupando casi todo el espacio. A su alrededor, sus hermanos devoraban con ganas sus platos y sonreían de oreja a oreja, ajenos a que su hermana no estaría en casa por unos días. Su madre la esperaba friendo un último huevo y dándole un sorbo a su taza de café de sobre. Los iba a echar de menos, pero se autoconvenció de que hacía eso para mantener esa felicidad en su hogar; así que, con una sonrisa igual de grande que las suyas, la joven se sentó a desayunar después de darle un beso a su madre.
-En cuanto acabemos de llenar los estómagos, te ayudo a peinarte y te acompañamos los tres hasta la plaza, ¿te parece? - dijo Martha echando el huevo recién hecho encima de su tostada.
-Gracias, mami. Pero no hace falta que vengáis. - respondió ella dando un sorbo a su zumo.
-Oh, lo sabemos de sobra. -rio.- Pero tus hermano quieren ver a esos soldados tan simpáticos de los que les hablabas ayer.
-Sí, quiero darle las gracias por traerte a casa. - interrumpió Patrick pausando su tortita.
La madurez del niño de tan solo cinco años era asombrosa. La familia Williams era bastante conocida en su barrio por diferentes motivos. Por un lado, el señor Williams era temido entre los soldados por su frialdad y temperamento; por el otro, los chiquillos y su madre eran pura bondad y solidaridad. Olivia se quedaba a medio camino entre unos y otros. Mientras que los vecinos evitaban el contacto con su padre, siempre acudían a visitarlos y a jugar con sus hermanos pequeños o a trabajar las telas con su madre.
Olivia había seguido los pasos de su padre más por obligación que por gusto. Aunque había tenido trabas por ser mujer, debía esforzarse para seguir los pasos de su progenitor para mantener la relevancia del apellido Williams entre los altos cargos. No era la única en esa situación, pues la mentalidad que había sobrevivido con la humanidad era anticuada y conservadora, manteniendo roles machistas impulsados por la norma de que los hombres son más fuertes que las mujeres a nivel biológico. Aún así, como no podían faltar manos en la búsqueda de sustento, las mujeres eran más que bienvenidas en las filas, pero sus padres o familiares masculinos, así como los altos mandos, eran especialmente exigentes con ellas para que alcanzaran a los chicos con los que debían trabajar; y a los jóvenes, les pedían ser más fuertes que los demás alegando que tenían un potencial físico inigualable. Las luchas por la excelencia se libraban constantemente, pero ante el tosco físico de los hombres, las mujeres demostraban su valía con agilidad e inteligencia, de ahí que fuesen útiles e incluso respetadas si llegaban a hacerse un nombre entre los soldados. Ese era el plan del señor Williams para su hija: no ser una vergüenza portando su apellido. Por eso, su método para conseguirlo solo destrozaba a su familia; una obsesión con lo masculino que resquebrajaba la unidad que su mujer tanto se esmeraba por mantener.
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Vida
FanfictionFANFICTION - NCT Post-apocalipsis. En un mundo que sufre las consecuencias de su rebelión contra lo inevitable de su creación, la humanidad debe buscar la manera de sobrevivir y adaptarse a las circunstancias. ¿Cuál es el valor de una vida? ¿Quién...