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Había una vez una joven llamada Chifuyu que vivía en un pequeño pueblo al margen de la civilización. Trabajó como camarera en un salón local y era conocida por su brillante sonrisa y su rápido ingenio. Un día, una mujer llamada Takemichi entró en su bar. Takemichi era deslumbrante, su cabello corto y ondulado y hermosos grandes ojos azul cielo.

Cuando Takemichi tomó asiento en el mostrador, Chifuyu no pudo evitar mirarla fijamente. La belleza de Takemichi era tan cautivadora que era difícil quitarle los ojos de encima. Takemichi le regaló una pequeña pero hermosa sonrisa y pidió una bebida,  las dos rápidamente entablaron una conversación.

Mientras hablaban, Chifuyu no pudo evitar sentirse atraída por Takemichi. Su inteligencia, su sentido del humor y su amabilidad hicieron que Chifuyu se sintiera viva como no se había sentido en mucho tiempo. Mientras continuaba la conversación, Chifuyu sintió que su corazón se aceleraba. Se dio cuenta de que se estaba enamorando de Takemichi, a pesar de que nunca antes había estado con una mujer.

Pero Takemichi era heterosexual, o eso creia Chifuyu y empezó a pensar que su amor era imposible. Sin inmutarse, Chifuyu estuvo coqueteando con Takemichi e insinuando sus sentimientos, pero Takemichi permaneció ajena a la profundidad de los sentimientos de Chifuyu.

A medida que pasaban las semanas, el amor de Chifuyu por Takemichi solo se hizo más fuerte, pero tenía demasiado miedo para decirle a Takemichi la verdad. Sabía que su amor estaba prohibido en su país y temía que si se confesaba, Takemichi la rechazaría y su amistad terminaría. Así que se guardó sus sentimientos para sí misma y sufrió en silencio.

Un día, Takemichi entabló una relación con un hombre apuesto y peli-rojo en conjunto con sus ojos y con una peca atractiva debajo de su labio inferior. El corazón de Chifuyu se hizo añicos, sabía que nunca tendría a Takemichi como quería, pero no podía soportar la idea de ver a Takemichi con otra persona. Sabía que tenía que distanciarse de Takemichi, incluso si eso significaba perder a su mejor amiga.

Pero a medida que pasaban los días, Chifuyu se dio cuenta de que no podía vivir sin Takemichi. Extrañaba sus conversaciones, sus risas y el tiempo que pasaban juntas. Sabía que tenía que decirle a Takemichi la verdad, a pesar de los riesgos.

Reunió todo su coraje y le confesó su amor a Takemichi debajo de un arbol de cerezos. Para su sorpresa, Takemichi sintió lo mismo. Pero ambas sabían que su amor estaba prohibido y no estaban seguras de si algún día podrían estar juntas. Decidieron mantener sus sentimientos en secreto y continuaron siendo amigas por su bien.

Fin


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