1. Andrés

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El partido ha sido un desastre, no había coordinación. A pesar de haber perdido varios partidos nunca nos había dolido tanto el orgullo hasta ahora. Nos han machacado, 31 a 12.

Aunque solo se tratara de una competición entre equipos del barrio, teníamos una reputación que mantener, ahora ya no queda nada. Estábamos decididos a ganar, especialmente contra el equipo de Santa Helena. No es la primera vez que el equipo contrario nos juega sucio; la vez anterior compraron al árbitro, y al ser una competición extraoficial no tuvimos nada que hacer.

Nuestros contrincantes se han comportado como unos auténticos capullos, no solo han habido agresiones verbales, también físicas.

Al acabar la entrenadora nos ha dado una charla para tratar de subirnos la moral. Obviamente no ha funcionado, los del equipo contrario se la han pasado molestándonos toda la charla.

Cuando acabamos de recoger nuestras cosas nos hemos encontrado con algunos familiares y amigos que habían venido a vernos. Incluso Pablo y algunas chicas como Aitana y Vera están aquí.

-No entiendo de baloncesto, pero creo que el objetivo es meter la pelota en la canasta contraria, ¿ya os han explicado esa parte en los entrenes?

-Si Aitana, lo hemos pillado, eres muy graciosa.- Marcos, uno de mis mejores amigos, camina junto a Aitana apoyando su brazo en el cuello de la chica.

Cuando me doy cuenta, nosotros tres somos los únicos que quedamos en el recinto. Me dirijo a estos sorprendido por lo rápido que se han ido todos.

-Tíos ¿y la gente?- pregunto haciendo que ambos se giren a mirarme.

-Han ido a pillar sitio en el kebab. ¿Vais a ir?

-Yo sí- Marcos me mira- pero luego, tengo que recoger la ropa de cambio a casa de Andrés. Veniros hace mucho que no bajas a cenar con nosotros.- Le pide Marcos a la chica quejándose. Aitana y Marcos son muy amigos, ambos se ven como hermanos y los dos son conscientes de ello.

-Los sábados quedamos todas en mi casa, pero tal vez vamos luego al parque. Depende de lo que me digan. - Enciende su móvil - Bueno, encantada de haberos visto jugar, después de tanto alardear pensé que seríais mejores, pero bueno, la vida está llena de decepciones.- Marcos se burla haciendo gestos propios de un niño de cinco años- Madura- suelta la chica- Me voy que Vera me está esperando. Bye- Esta se aleja despidiéndose con la mano mientras mira el móvil y escribe con la otra.

Marcos rodea su brazo por mi cuello y yo hago lo mismo por su espalda. Es algo que hacemos entre todos, nuestro grupo de amigos es bastante afectivo físicamente.

-Vamos para tu casa. Estoy agotado- Me dice Marcos mientras andamos. ¿Qué él está cansado? No ha hecho una mierda, se la ha pasado en el banquillo.

-Mira, no empieces. Te has pasado todo el partido tocándote los huevos en el banquillo, no me jodas.- Digo mientras pasamos por al lado del parque, mi casa está a cinco minutos de las pistas de baloncesto.

-¡Es Marisa! No me quiere sacar a la puta cancha, me ha tenido fuera diez putos minutos ¡Diez minutos! Estoy cansado de estar sentado.

-Por algo será que no te saca, a Lina se le da mejor que a ti y solo juega en Educación Física.

-Vale, míster "soy el mejor jugando a básquet pero después me roban la pelota cada dos pases " .- Le aparto el brazo de mi cuello para sacar las llaves de casa.

-¿Hora?- pregunta mi amigo. Saco el móvil del bolsillo mientras subimos por el ascensor.

-Nueve menos diez. Mis padres vienen a y media.-Abro la puerta de casa y dejamos las bolsas de baloncesto en el suelo.

No he sido yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora