Leigh.
Después de esperar por lo menos un mensaje de Tom o una llamada, me he echado de valor y salir puede que se moleste pero me importa poco, se que tendría muchos problemas con eso...
— Leigh a dónde vas?— Preguntó Bill extrañado viéndome con una ceja alzada mientras comía palomitas en el sofá viendo una película.—
— Te dije que iría a una fiesta...por favor no le digas nada a Tom, el tal vez llegué tarde y ni siquiera note que no esté aquí.—Dije casi suplicándole hice un poco de puchero.—
— Se dará cuenta y te juro que se pondrá como un total imbécil.— No le di importancia y iba directamente hacia la puerta iba a abrir está pero su voz ronca y demandante me hizo detenerme.— Leigh, te meterás en problemas.—
— No sé dará cuenta...— Sin más el me interrumpió aún más.—
— Si tú lo dices, adelante que te vaya muy bien.— Su voz era muy ronca a pesar de que Bill tenía una voz muy dulce...está vez era diferente su voz se tornaba a preocupación y demandante queriéndome intimidar, cosa que logro pero no hice caso...—
Sin más me dirigí a la ubicación de la fiesta, las calles un poco solitarias, sin luces. Mi mente estaba en negro pensaba en Tom...el siempre se va cuando sucede algo y llega a perderse por muchos días.
Algo que Odiaba de el, siempre trataba de huir pero no ha llorar y sentirse mal, el tenia problemas de ira cosa que ha tenido que tratar de calmar, conforme a su vida, llega a ser muy impotente con las cosas, gritos, insultos y golpes... nunca me había pegado.
Cuando se tratase de mi mantenía su cordura... recuerdo con bastantes traumas, los golpes que le tenía que dar nuestro padre y eran el doble ya que el siempre nos defendió de aquello y por desgracia lo que nos tocaba a nosotros lo recibía el.
Sus marcas en las manos y piernas con el tiempo han desaparecido pero quedaba algo más peor, el dolor, el sufrimiento que tenía que aguantar y sin soltar una sola lágrima. Siempre su mirada fue vacía, llena de dolor y su expresión neutra sin sentimiento alguno, el no lloraba no le interesaba nada.
Desde muy temprana edad empezó a consumir drogas y el cigarrillo, me enteré cuando entré a su habitación en busca de su atención y lo ví con ese polvo blanco en su escritorio siendo consumido e inhalado por este, cuando me vio su cara estaba pálida mientras frotaba sus manos en la cara con frustración.
El me había echo una promesa que jamás lo volvería a consumir, pero todo era mentira, el lo seguía haciendo consumiendo lo aún más...lo dejo pero ya era demasiado tarde ahora según el fuma solo cigarro pero algo de mi dice que no es cierto y que aún lo sigue haciendo...
Después de un largo camino llegué a dónde indicaba, una casa bastante lujosa dándome a entender que eran de los padres de Lucas, saque mi celular y me dispuse a márcale indicándole que ya estaba en la mansión. A pesar de que mis hermanos son cantantes y mis padres empresarios, nunca habían optado por una casa muy grande comparado a lo que estaba viendo ahora mismo.
Imaginé que no sería para llamar la atención...ya que se nos permitía bastante lujos, gracias a mis hermanos desde que tengo uso de razón ellos dos son los indicados de educarme...
Unos largos minutos pasaron con el aire fresco pegando en mi rostro mientras que tenía aún más frío...el aire de Alemania llegaba a hacer muy frioliento al mi parecer.
— Hasta que abres, hijo de puta me estoy congelando.— Dije con total confianza mientras el soltaba una risa.—
— ¿Congelado?.— Iba a decir algo mas pero no lo deje...—
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𝐔𝐍𝐒𝐄𝐑𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍; 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛
RomancePrólogo: Tom Kautliz, el famoso guitarrista alemana, egocéntrico, narcisista y atractivo, puede llegar a ser la persona más infeliz en tu vida, no todo es como las cámaras y programas de tv que dicen. Guarda un sucio y horrible secreto. Leigh kaulit...