Bittersweet | Taegyu

cuarenta ~

《《《 ♡ 》》》

—Yo te dije que no iba a funcionar.

Era, aproximadamente, la décima vez que Sunoo decía eso a través de la videollamada que él y Beomgyu sostenían.

—Funcionó, solo que otros arruinaron mis planes.

—Estaba solo y tú te fuiste a jugar, ¿qué querías que hiciera, que lo dejara tirado? —recriminó—. Y es irracional tener celos de Jake, lo sabes.

Beomgyu lo sabía, pero no lo iba a aceptar. Estaba furioso, enojado, pero consigo mismo.

—¿Por qué se tocaban tanto? —cuestionó Beomgyu intentando hacer entrar en razón a su amigo que aún no entendía su punto.

—Se llevan bien desde que tú —dijo marcando el pronombre— los hiciste conocerse. Jake siempre ha sido el que mejor se lleva con él de los chicos y esa cercanía no era extraña.

No ayudaban. Las razones que daba Sunoo eran lógicas, sin embargo no para la mente turbada de Beomgyu. Se moría por dentro cada vez que recordaba como ponían la mano en el hombro de otros o las palmadas al reírse de algún chiste.

—¡Soy un enfermo! —exclamó dándose cuenta de lo irracionales que eran sus pensamientos y palabras.

—No tanto —lo consoló el pelinegro—, pero ya te había hablado de hacerte una cita con un profesional.

—¿Crees que Taehyunie me odie ahora?

Sunoo no le respondió y eso le dio mala señal. ¿En serio podría odiarlo por la escena totalmente tóxica en casa de Sunghoon? Él lo hubiese odiado si la situación fuese al revés. ¿O no? Al fin y al cabo le gustaba la faceta de Taehyun en la que actuaba como si él tuviera el control. Aunque eso no sucedía mucho.

—Puedes hablar con él, está en la habitación de enfrente.

—Lo que lo hace más enfermo —agregó Beomgyu tapándose la cara con la almohada.

—Si lo piensas así entonces así será.

—No me ayudas, Kim.

—Hago lo que puedo, Reina.

Minutos después cortaron la llamada y Beomgyu, en su encrucijada, se debatía entre dejar fluir las cosas o tener una conversación con Taehyun. Solo que, por más valiente que presumía ser, le daba mucho miedo la reacción del otro.

—Tú puedes —se murmuró a sí mismo usando la cámara de su celular como espejo—, eres Choi Beomgyu y la Reina. Puedes con todo y todo el mundo está a tus pies si así lo deseas.

Respiró profundo y se aseguró de que su rostro se viera bien. Lástima que se había desmaquillado, pero tendría que recurrir a lo más básico. Se peinó las cejas y rizó sus pestañas. Además, agregó un bálsamo labial de cacao que le dejaba un aspecto brilloso. Volvió a chequear que todo se viera bien y tras guiñarse el ojo a sí mismo salió de su encierro.

Parado frente a la otra puerta, todo el ritual de palabras de afirmación y cuidado de su apariencia de fueron por la borda. No lograba tocar la puerta ni llamar a nadie. Incluso pensó en retirarse, no obstante sería en vano todo lo que hizo para salir de su habitación.

Levantó su mano para tocar la puerta, pero antes de hacerlo fue interrumpido por la misma puerta siendo abierta por Taehyun, quien lo cuestionaba con la cara.

—Este... —intentó decir, pero las palabras no fluían—. Me pregunto si vienes. Es decir, si quieres, claro está. Me pondré unas mascarillas y pensé que tú... ya sabes, me acompañes y eso, solo si quieres. No estás obligado, puedes negarte. Y no es que quiera que te niegues. Solo pensé: también le puedo poner una mascarilla a Taehyun y así mañana ambos nos vemos más radiantes. Aunque tú te ves bien sin usar mascarillas. ¿Te he dicho que tienes la piel perfecta? La mascarilla es solo para vivir la experiencia. Lo sabes, ya lo has hecho conmigo —¡Oh, santa Taylor, eso sonó fatal!— es decir, lo de las mascarillas, no quise decir...