Iniciando mis sueños

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Siempre recordaba mi historia, mis negocios fallidos y de cómo poco a poco fui logrando, por fin, ser un empresario. Cuando empecé a escribir, mi idea era contar toda mi vida, incluir hasta los momentos malos y terribles, pero es algo que no haré.

Luego de tener casi un equipo armado, el crecimiento de la empresa comenzó a reflejar frutos, no solo en la calidad de vida. Empezaron los reconocimientos y premios que obtuvimos a nivel internacional. Si bien las estrategias eran mías, Nicole, el negro y mi hermano eran fundamentales en esto.

Ya muy cerca de las fiestas de fin de año, le dije a Nicole que solo trabajaríamos hasta el día 20. La verdad es que en esos momentos no necesitábamos más dinero. Fui a trabajar con mi papá como de costumbre por mis 50 soles. Me divertí como siempre y conversamos de la idea de irnos a un club o alquilar una casa fuera de Lima. Coordinamos fecha y quiénes irían. Ya teníamos un plan. Regresé a casa a pasarlo con mi familia. Nuestra tradición era Navidad cada uno con sus padres y Año Nuevo juntos.

El verano era una de las etapas que más vendía. Vendía tanto que se trabajaba de lunes a viernes y el fin de semana solo a organizar las salidas. Incluso los viernes por la tarde se decía: "Disculpe, está todo vendido", y tratábamos de vender para la siguiente semana.

En marzo, debo suponer que antes o después de Semana Santa o cercano, decidimos hacer ese viaje. Fuimos más de 10 personas y la pasamos muy bien. En esa reunión, mi papá y mi tía, que siempre ha sido muy buena conmigo a pesar de la relación rota, al igual que con mi padre, me dijeron que mi primo no tenía trabajo y si podía darle una oportunidad. Él vino y me dijo: "Sí, Dani" (Detesto que me digan Dani). Solo a una sola persona se lo permití, y esta persona era el dueño de una empresa que me dio la mano desde el inicio. La cosa es que mi primo me dijo: "Dani, trabajo 3 meses gratis. Si aprendo, ya veremos". Yo dije que era una oferta y acepté. El lunes fui a comprar una laptop y a empezar a trabajar. No me acuerdo cuál fue su cargo o sus tareas, pero sí era el chupe del equipo. Es cuando ahí inicia el jugar play, pero es otra historia.

La empresa siguió creciendo. El turismo era el 90% del ingreso en ese momento. El 10% era el marketing. Sin tiempo, comenzamos a decirle a clientes que ya no podíamos y nos quedamos con los grandes. Lamentablemente, por los costos que no eran altos, contratar más personal se me complicaba. En ese momento, decidimos también contratar a Mariel, una guía que al principio no me gustaba, pero luego fue de todas maneras la mejor persona que contraté. Ella y Nicole decidieron cocinar en la oficina y así comer todos. ¡Qué buenas épocas!

En esos tiempos, la dueña de la casa me tocó la puerta y me dijo: "Daniel, deseo hablar contigo". Tuve miedo, lo acepto. Me dijo que se iba a vivir a Estados Unidos y que me informaba, ya que también iba a alquilar el segundo piso y que le gustaría que yo conociera a los nuevos inquilinos. Le dije que me apenaba que se fuera y le pregunté por Kira, una hermosa rottweiler ya viejita. Me dijo que la iba a dar a una persona para que la cuide. Yo le dije: "¿Y no me puedes dejar?". Me dijo: "Sí, claro, no hay problema". Yo le tenía miedo, pero no sé a qué se debió que abrí la boca. Pero no todo quedó ahí. Le dije: "Yo te alquilo toda la casa". Me dijo: "¿Estás seguro?". Le dije: "Sí, ¿cuánto sería?". Me dio un precio, negociamos y listo.

Mi plan era mudar toda mi casa al segundo piso y darle una mejor vida y estancia a Nicole y a mi tocayo. Mi tocayo debería tener su historia aparte, junto a mis otros dos hijos. Son lo máximo esos niños. Ya son adolescentes. De verdad, mudarme era algo que venía aplazando. Siempre decía: "Mañana, mañana y mañana". Un día recuerdo que Nicole y yo tuvimos una breve disputa de palabras por ello, donde el resto de mi equipo le dio la razón. "Ya pues, Daniel", dijeron, "hasta cuándo".

Me dijeron: "Mañana mismo mudamos todo", y así fue. Sacrificamos un día de jugar en la play por la mudanza. Y así fue que nos mudamos rápidamente y seguimos trabajando.

Mi vida como empresario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora