Capítulo 13: Entrega

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// ADVERTENCIA: Este capítulo tendrá algo de hard

Odiaba mis pensamientos, pero ese ángel caído se veía realmente hermoso haciéndome creer que sus palabras eran realmente sinceras. Me sentía un idiota atraído al fruto prohibido, al menos por ahora quería creer en sus palabras, quería que me mostrara que realmente podría llegar a ser especial para alguien, para él. Entonces comprendí que realmente mis sentimientos eran algo tan parecido al amor, incluso podría ser eso, no lo sabía y era un inexperto, pero en este infierno lleno de pecadores ¿Qué tenía de malo divertirte un poco, seguir tus instintos que te guiaban al deseo y la curiosidad misma, como Eva quien cayó en la tentación?

Tomé su mano viéndole sonreír complacido y dejando un beso en mi mano, antes de jalar suavemente de ella invitarme a ponerme de pie y ser rodeado por sus brazos. - Querido Al, ¿te agradaría acompañarme esta noche? -sonreí por la idea de mi más bajo acompañante quien no dejaba de verme con ese peculiar brillo en sus ojos.

- ¿A dónde iríamos, majestad? ~ -solté una pequeña risa notando que Lucifer me rodeaba con uno de sus brazos y con el otro hacía aparecer su cetro con el que solo dio un golpe en el suelo y ambos fuimos transportados a un lugar lejano del castillo al parecer.

Habíamos llegado a un prado lleno de flores blancas en medio de un pequeño bosque, el silencio era eterno y el dulce aroma de los rosas dejaban un ligero cosquilleo de satisfacción en mi nariz; en mi vida había pensado que algo así existía en el infierno, era simplemente hermoso con aquel brillo de la noche parecía que cada pétalo de cada flor tuviera un brillo singular que rompía la oscuridad con su vibrante color blanquecino.

- ¿Te gusta? -voltee a ver a mi acompañante que veía el hermoso prado mientras daba un par de pasos y señalaba con su cetro donde parecía estar una residencia justamente en el centro del jardín de flores. - ese es nuestro destino, querido ~ -él se alejó haciendo un gesto para que le siguiera, en el camino no podía desprender mis ojos de esas hermosas rosas, jamás había visto algo tan delicado y hermoso crecer en este infierno y juraría que parecían hacerse aún lado para abrirnos el paso.

Al llegar a la elegante estructura con ventanales, Lucifer colocó en la cerradura su cetro y después de girarlo un poco, la enorme puerta se abrió, no era más que un pequeño pero modesto hogar, parecía ser uno de esos lugares donde descansar en unas vacaciones, aunque solo para aquellos con el presupuesto para adquirirla. Lucifer se quedó en la sala de estar donde dejó su báculo y descansó su sombrero, mientras tanto aproveché para dar un recorrido por el lugar viendo en la puerta trasera el hermoso muro de cristal que daba a ese jardín de ensueños.

- ¿Qué es este lugar? -dije a mi reflejo en el cristal al cual traté de tocar con mi mano en esa superficie sólida, viendo detrás de mí el reflejo de Lucifer quien después se detuvo a mi lado viendo hacia el jardín.

- Este lugar... no es tan joven como parece, estas flores nunca se han marchitado y esa arboleda protege este lugar, querido.

- ¿Protegerlo de qué exactamente? -voltee a verle quien esbozó una pequeña y melancólica sonrisa. - ¿Es tan antiguo como el inicio de tu reinado?

- Mi dulce Al, este lugar se creó cuando Lilith y yo fuimos desterrados... -su voz como casi en susurro parecía que divagaba en sus memorias más lejanas

- No es necesario que me lo menciones, no es algo que deba escuchar ¿verdad?

Él me miró y negó con levedad dejando sus manos detrás de su espalda. - Todas tus dudas te las responderé con el tiempo, pero... quisiera compartirte mi historia Al, como dije, eres especial y confío en ti -volvió a ver el prado de flores soltando un pequeño suspiro. - Cuando fui exiliado con Lilith ambos caímos en este lugar, yo estaba mal herido y éramos unos extraños en este mundo de oscuridad, en cuando pude levantarme de esta tierra vimos que mi sangre que había sido esparcida se convertía en esto, un jardín tan puro sin gota de sangre más que la de mi cuerpo... -por un instante tuve la sensación de saber más sobre cómo es que lo habían expulsado pero parecía ser demasiada información por ahora.- Nosotros no sabíamos nada de aquí y antes de que algún demonio quisiera sobrepasar su nivel y aprovechar la oportunidad... bueno, yo estaba débil y con la guardia baja pero aun así, con lo poco que me quedó de energía convoqué un conjuro para que este lugar quedara oculto a la vista de toda oscuridad, así ningún demonio sabría dónde nos ocultábamos, no descubrirían donde se encontraba el ángel caído exiliado por Dios... En algún momento quedé inconsciente durante un largo tiempo, cuando desperté Lilith dijo que tras ese hechizo este muro de árboles apareció como una barrera... Y en este lugar donde estamos, surgió de la tierra, al aparecer había gastado toda mi energía para protegernos, incluso estando casi inconsciente solo podía pensar en sobrevivir y cuidar de Lilith... Es aquí donde pasé mis primeros meses antes de convertirme en Rey, dónde ella me ayudó a sanar mis heridas.

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