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Efectivamente, voy a unirme al reto, voy a obligarme a escribir un cap por día (a pesar de tener en el abandono mi otro fanfic 😩)
Su último año en Hogwarts estaba siendo muy caótico, había cumplido 17 años, y con ello, su primer celo y revelación de género secundario, y vaya sorpresa cuando descubrió que era un Omega, él había pensado que probablemente terminaría siendo un beta, pues no mostraba grandes cambios en su cuerpo como para ser un alfa, y aunque era pequeño como un Omega, tenía un gran grado de rebeldía y poca sumisión que nadie nunca hubiese imaginado que sería un Omega.
Sus padres estaban muy felices y lo apoyaron en todo momento, su papá James fue muy expresivo a la hora de aconsejarle cómo protegerse de ciertas personas, y durante el verano, comenzó a enseñarle un montón de hechizos de defensa, y su papá Reg fue muy sentimental y comprensivo, cuando él todavía no lo aceptaba. Sus padres le ayudaron a darse cuenta que ser Omega no tiene absolutamente nada de malo.
–Aunque muchos no lo crean, yo tengo completo control con tu padre– con un guiño le expresó su papá Reg.
–Tú papá me tiene completamente en la palma de su mano– fueron las palabras de su padre James.
Eso lo hizo sentir muy bien, y así fue aceptando su "condición".
Volviendo a Hogwarts, todo era un desastre, muchas parejas enamoradas, muchas hormonas, muchos olores. Se convirtió en uno de los omegas más codiciados, su cuerpo pequeño, sus facciones finas, su nívea piel, su hermoso cabello azabache y sus hipnotizantes ojos verdes conquistaron a tanto alfas como betas. Y estaba un tanto harto de tanto idiota tratando de llamar su atención.
Otra cosa que era un caos, eran el montón de omegas detrás de cierto Slytherin, le parecían horriblemente exasperantes, faltos de personalidad y desesperados, qué tenía de especial un alfa arrogante, ciertamente había cambiado bastante durante el verano, estaba más alto, su cuerpo se veía más atlético, y sus facciones más estilizadas, pero su actitud lanzaba todo al maldito caño.
Le parecía arrogante, egoísta, narcisista, sexy, con una linda sonrisa, y con un par de brazos que provocaba.... ¿Qué demonios estaba pensando?
Estaba en la biblioteca, "estudiando" junto a Ron y Hermione, aunque en realidad tenía la vista fija en la mesa de al frente donde se encontraba un rubio precioso y arrogante, con una pelinegra acariciando su musculoso brazo y lanzándole sonrisitas tontas. Él tenía la nariz arrugada en una expresión de asco.
–Harry, ¿Puedes ir a buscar el libro de historia de la magia?– el pelinegro salió de su ensoñación y asintió para levantarse y dirigirse al pasillo donde este libro se encontraba.
Quién sea que haya distribuido los libros, merecía un crucio, el maldito libro estaba fuera de su alcance, y oh sorpresa su varita estaba en la mesa, comenzó a dar saltitos para alcanzar el condenado libro y cuando lo alcanzó se cayó y se deslizó bajo el estante, tuvo que hincarse para recogerlo, sin darse cuenta que cierto rubio alfa, estaba tras él viéndolo en una posición.....sugestiva.
Logró obtener el libro, para luego de levantarse verse acorralado entre un estante lleno de libros, y un rubio musculoso que olía delicioso.
El rubio se perdió en el cuello del Omega, y comenzó a olfatear, el cálido aliento hacía estremecer al pelinegro, y pronto sintió unos delicados besos en su cuello, su respiración comenzó a acelerar, y los besos fueron subiendo de tono, fue ascendiendo por su mandíbula, y sintió sus manos en sus glúteos, y cuando estaba a punto de llegar a sus labios, el alfa abrió los ojos y se apartó del Omega.
–Lo siento– murmuró y se fue rápidamente de allí, dejando a un Omega confundido y con ganas de más.
