única parte.

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                   Eclipse
                                                        έκλειψη

  
  “En la antigüedad, la naturaleza humana era distinta, existían  dos géneros y uno más, el andrógino. Éste sexo reunía a ambos sexos.
  Todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculos, cuatro brazos y piernas, dos fisonomías unidas y un cuello circular perfectamente semejante; una sola cabeza que reunía estos dos semblantes perfectamente entre sí. La tierra; el sexo femenino, el sol; el sexo masculino y la luna; el compuesto de ambos.
  De estos principios obtuvieron la forma de moverse, que es esférica, sus cuerpos eran robustos, vigorosos y de corazón animoso, debido a eso decidieron escalar al cielo y enfrentar a los dioses. Júpiter y los demás dioses debatieron qué castigo debían darles a estos seres, no querían exterminarlos porque desaparecerían el culto y los sacrificios que los hombres les ofrecían. Tampoco podían permitir tales insolencias. Júpiter decidió separar a los andróginos en dos. Se harían débiles, pero tendrían a más personas que les sirvieran.
  Luego de esta división cada mitad buscaba siempre a la otra, se abrazaban y no querían nada la una sin la otra. Cuando una de las dos mitades moría la que sobrevivía buscaba a otra a la cuál unirse o aferrarse. De ésta forma, ésta especie se fue extinguiendo.
Entonces, si se verifica la unión del hombre y la mujer, el fruto de la misma eran los hijos; y si el varón se unía al varón, la sociedad los separaba bien pronto y los restituía a sus trabajos y demás cuidados de la vida.”
– Dicho por Aristófanes de Grecia en "El Banquete" de Platón.
( Aristófanes fue un comediógrafo nacido en el año 446 a.C Antigua Atenas y fallecido en el 386 a.C Delfos, Grecia. )

                             Narra Venus.
  Desperté en un prado de flores, confundida y con un dolor punzante qué nunca había sentido antes. Presentía que había perdido gran parte de mí y el hecho de sentirme de esta forma traía consigo desesperación y una tristeza profunda. Decidí levantarme y observar a mi alrededor, buscar algo por alguna razón, quizás así mi corazón se calmaría. Comencé a caminar sin un rumbo fijo, sin saber qué buscaba, pero algo quería encontrar. Marché hacia algún lugar hasta qué anocheció.

                        Algunos meses después… 
            
                          Narra Amethyst
    Al sentirme perdida, confundida y con una profunda tristeza, tomé decisiones que me parecieron correctas en su momento, las cuáles me llevaron a estar con distintas personas para aliviar el dolor que sentía en mi pecho. Pasé de parejas a ciudades, pero jamás lograba encontrar la mitad que me faltaba. Llevándome esto a la desilusión. Llegó un punto en el que me sentía tonta, quizá el amor no era lo mío. Quizá quería ser como los demás o complacerlos. El pasar del tiempo tampoco me hacía sentir mejor, había intentado con muchas mitades, sobre todo hombres ya que lo único que recibía cuando estaba con mujeres era odio de parte de todo el mundo, miradas por sobre el hombro y comentarios con toda la intención de lastimarme tanto a mí como a mis parejas.
Incluso una vez, recuerdo, que estando en la calle con mi última pareja un hombre nos lanzó agua podrida, diciendo cosas como "asquerosas, perturbador, mueranse." Con mi pareja no pudimos hacer otra cosa más que insultarlo, pero toda la gente que estaba allí, expectante, también murmuraba cosas horrorosas.

   A los pocos días comencé a soñar con una persona sin rostro, supuse que era mujer por su cuerpo y su cabellera pomposa. Lo poco que había visto de ella en mis sueños y podía recordar a la perfección era su suave voz, su cabello rosa pastel y su tez morena, también podía recordar y sentir la paz que tenía cuando estaba con ella, en sueños claro, era cómo si todo lo que estuviese buscando estuviera en ella. Sentía que quizá todo lo que me estaba pasando no era más que producto de mi inconsciente intentando hacerme sentir mejor, para que dejase de buscar esa mitad que, tal vez, no me correspondía. Una noche tuve un sueño o más bien “sueño lúcido”, quizás un vago recuerdo; estaba unida a la mujer con la que había soñado varias veces, nos encontrábamos en un bosque lleno de luciérnagas, era de noche y la tenía frente a mí, estaba tan feliz qué comencé a llorar, le hablaba y le hablaba pero no respondía y cada vez se alejaba más de mí. De pronto escuché un sonido ensordecedor, un dolor agudo en mi pecho se hizo presente y sentí cómo si cayera en un pozo sin fin, sólo apartándome de ella, de la paz y felicidad que su ser me transmitía. "Desperte" del sueño lúcido con la misma molestía y sensación que había tenido hace unos meses atrás. Me propuse seguir buscándola, aunque costara mucho, quería sentir lo que en sueños me había hecho experimentar. Su recuerdo se sentía lejano, sólo recordaba su cabello y su color de piel. Me sentía extremadamente mal por no recordar su rostro, pero tal vez si buscaba personas con sus características físicas la encontraría en algún momento. Estuve con algunas chicas similares a ella, sabía que el dolor en mi corazón no cesaba, porque ninguna era ella. Ninguna era mi pequeña de rizos.

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2023 ⏰

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