Después de aquel emotivo momento que tuvieron la maestra y su estudiante. No perdieron el tiempo en ir al centro de la ciudad para buscar a los demás miembros de la preparatoria de Jujutsu, pero era ayame quien temia por la salud de su compañero rubio.
— estoy seguro que nanami-san estará bien — itadori no comprendía del todo la situación después de haber perdido el conocimiento de su anterior encuentro contra la maldición de nombre choso — no se preocupe ayame-san.
La rubia solo asintió aun con la mirada al frente.
— eso espero...
No muy convencido por aquella respuesta, y notando la gran preocupación que tenía por el, yuji en su mente se preguntaba ¿cual era la relación que tenían ambos?. Eran las pocas veces que los llego a ver a los dos interactuar, pero eran las suficientes para notar el trato especial que se tenían ambos.
Ni la joven shimizu y kento se trataban así con los demás... Era una conexión más haya de solo amigos o compañeros.
— se que ya le pregunte antes del tipo de relación que tenía con nanami... Pero ¿por que tanta confianza hacia el? — rápidamente yuji se arrepintió de hacer esa pregunta, no era el momento ni lugar para hacerlo... Además de que sukuna se aprovecharía de ello.
Ayame no dijo nada. Pero no por que estuviera enojada o sería fría con el,no, sino que sus mejillas se sonrojaron levemente y la vergüenza le llego.
— p-pues... — tartamudeo — el y yo...
Antes de responder su duda, tanto ella como el joven tras ella sintieron varias energías venir de un edificio.
— ¡deben ser maldiciones!
Los dos comenzaron a correr al lugar . Pero la rubia sintió que algo no iba bien, era un mal presentimiento.
— dios... Vayamos rápido, creo que hay uno de nosotros en peligro.
— ¡Si!
Tan rápido como se les era posible, itadori corría buscando a la persona que estaba en su bando, pero ayame se separó de él para ir a la segunda planta. Encontradose con varias personas mutadasahí.
— si ellos están aquí — saco sus dos abanicos — seguramente la maldición qué hizo esto tambien.
Y vaya que tenía razón. Mahito estaba ahí, pero no con ella, sino con nanami.
Las criaturas soltaron un chillido aguado, lastimando los oídos de la mujer, para después lanzarse sobre ella.
Debajo en la primera planta, estaba un hombre de cabello rubio y ojos verdes, con una gran quemadura de tercer grado cubriendo todo su costado izquierdo, dejando medio expuesto la parte de sus dientes.
Nanami después de ser herido por culpa de aquella maldición de categoría especial de nombre jogo. Con sus últimas fuerzas se levantó para ir a ayudar a los demás... Sin importar la condición en la que se encontraba, luchaba contra varias maldiciones que se encontraban rondando.
— esto apesta... — soltó sin importancia alguna — debería ir con los chicos... — sostuvo con fuerza su arma — no.... Debería ir con ella...
Por su mente paso la imagen de la rubia oji azul, quien estaba con un cigarro en los labios y con el pelo alborotado.
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