Mariana pankratova

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Mi mayores regalos.

“mami”

— esa voz– pensé.

“mami, mami, mami".

Tres voces diferente se escucharon llamarme con urgencia y desespero...

desperte.

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— ya tranquila, estás bien– sentía que me había pasado tres carros por encima.

La voz de max me hizo mirar alrededor buscando lo mío.

Tenía un suero colocado en mi mano para poder hidratarme me imaginé.

— están bien, están en la cuna.

No me calmo del todo por qué aún podía escuchar las voces que me pedía a grito que los ayudará.

— quiero verlos– demandé.

Max por más demacrado que estuviera nunca dejaba su toque elegante con sus trajes y su mirada burlona, me encantaba verlo en sus trajes.

Quería conocer a mis hijos.

Maximiliano se acercó a unas cunas que estaban cerca y saco a uno.

Sentía como mi corazón se aceleraba al sentir que esa pequeña criatura era mía. Me la colocó en mis brazos y se me escapó una lágrima de felicidad, lagrima que max me quito con unos de sus dedos.

— no llores, tienes que estar feliz, yo estoy feliz.

puso su labios sobre los míos y dejé que me besara lo que quisiera, colocó una mano en mi nuca para poder profundizar el beso, amaba todo de max y aunque sabía que nuestro destino no sería del todo color de rosa algo en mi sabía que nunca amaría a nadie como a ese italiano de trajes y macabras sonrisa.

Nuestra electricidad cada día iba en aumento no soportaba más estar alejada de el.

Mi bebe era hermoso su cabello era negro como su padre y tenía los ojos azules como yo.
estaba vestido de azul y le combinaba a la perfección con su mirada.

Después max se acercó a la otra cuna y busco a mi otro hijo, y me lo coloco en el otro brazo. Mi hermoso regalo número dos, vestía un conjunto color verde. Me imaginé para diferenciarlos ya que se parecían mucho, igual que su hermano ojos azules claro y cabello azabache.

Pero la más anhelada era mi princesa, una sorpresa para todos, y también algo de temor por qué me acordé de la palabras de felicia la madre de aurora.

Mi niña tenía un conjunto color rosa, tenía mucho cabello platinado pero sus ojos me dieron un golpe a la realidad al darme cuenta que mis hijos se parecían mucho a su padre así lo negara, sus ojos era el verde aceituna de max y su mirada era sería, su padre me quito a uno de mis hijos para poder tener un rato a mi hermosa niña.

— quería saber que nombres escogiste para ellos.

no me acordaba de los nombres que había escrito en una libreta pero un nombre me vino a la mente por qué en todos mis sueños ese nombre relumbraba en mi ser.

— Sinahi– dije sin más.

— me encanta, dormida lo estabas diciendo.

— soñé mucho con ese nombre— le hice entender.

— Sinahi Andreina Corleone pankratova.– max sonrie, sabía que le hacía feliz ser padre.– me encanta.

También quería ponerle Andreina por la madre de max para poder recordarla con mucho amor y cariño aunque la tristeza aún no se iba.

No me hieras Tanto.   Aprende Conmigo Vol..1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora