Primer encuentro.

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Si en la vida fuera tan fácil tener pareja, Jungkook ya tendría una. Llevaba años viviendo solo en el mismo apartamento como un ermitaño. Nunca se le había echó fácil socializar, ni mucho menos mirar a la cara a bonitos omegas, justo como su nuevo vecino. dios era tan perfecto, jamás había visto un Omega tan hermoso en su vida y jamás tendría  la dicha de tener a uno así como pareja. por que, si, Jungkook era malditamente cobarde y un virgen sin remedio. Apesar de su estatura intimidante, no era más que solo un chico demasiado tímido para su bien. Pero  que podía hacer, sus inseguridades le habían cobrado factura desde la infancia, cuando por primera vez intento hablar con un pequeño y tierno Omega y todo había resultado en un desastre, con dos pequeños llorando desconsolados en medio del parque.

Eso había detonado todo y era la principal razón de que en este momento estuviera apurado por llegar a la puerta de su departamento, ya que a su nuevo y lindo vecino se le había ocurrido mirar en su dirrección.

—solo un poco más —repetía como un mantra, mientras el pasillo parecía interminable a su parecer.

—Disculpa — el Omega había hablado llamando su atención justo cuando su mano había tocado el pomo de la puerta. Ahora Jungkook si que estaba en problemas, no había escapatoria de la mirada curiosa de su nuevo vecino ¿y podía haber acaso una voz tan dulce? Sinseramente sus oídos no habían escuchado otra igual. Suspiro y se dio media vuelta un poco abochornado y con su mirada en el piso, no quería mirar al Omega, oh probablemente se comportaría como un estupido alfa tímido y uiria como el cobarde que siempre a sido. Pero el Omega permanecía ahí de pie, ageno a su mar de pensamientos y negándose a dejarlo ir solo con su presencia. Al final el omega continúo.

—Perdón que te moleste, quiero  presentarme adecuadamente. mi nombre es Kim seokjin y desde hoy supongo que seremos vecinos — jin había estendido su mano en un claro gesto de apretón de manos. El cual forzó a kook a levantar a regañadientes la vista, lo peor que le pudo a ver pasado, por que lo primero que entró en su campo de vicion fueron las impresionantes y esbeltas piernas del Omega. Sentía sus mejillas arder ante la vista y no se diga de su diminuta cintura, que fácilmente sería abarcada por sus dos toscas manos.

Su recorrido había seguido hasta el pecho y hombros del Omega, que lucían algo descubiertos y encantadores. Finalmente su mirada se detuvo en el lugar más esperado, el bello y delicado rostro del Omega, fue ahí donde su respiración se atoro. Jungkook podía sentir que moría he iba al cielo, para terminar enfrente del más bello de todos los angeles. Se sentía como si flotara al ver esos hermosos ojos color caramelo y esas mejillas regordetas y rosadas, para terminar  coronando con unos labios carmín gruesos y apetitosos. Una clara invitación para un alfa fuerte y valiente, lo que no era el. Fácilmente su nube imaginativa se había esfumado con el duro golpe de la realidad. Ese hermoso Omega jamás se fijaría en el, por que era demasiado torpe y poca cosa para el, oh eso era lo que le decía su temblorosa y lamentablemente contraparte Alfa.
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La idea de jin de mudarse, era más un tema económico mas que algo voluntario. El lugar era barato y estaba cerca del centro de la ciudad, no podía quejarse al respecto. su situación no era muy buena en este momento. Con una deuda arrastrando, no le quedaba más remedio que salir huyendo con lo poco  de sus pertenencias acuestas. La mudanza había sido rápida y ahora subía las escaleras del viejo edificio hacia el tercer piso, donde sería su nuevo hogar. Había escuchado de su arrendatario que solo tendría un vecino, justo al lado del pasillo, que al parecer no sería una molestia por que permanecía casi todo el tiempo encerrado en silencio en su departamento, el tipo era un rarito antisocial al parecer. Eso le ahorraría problemas, no quería lidiar con alfas estúpidos revoloteando a su alrededor, ya que su vida amorosa era un asco. Siempre topando se con alfas brutos y huecos, con más músculos en el cuerpo que materia gris en el cerebro. Se recrimina  por seguir repitiendo el mismo patrón de relaciones fallidas, pero que podía hacer, no creía encontrar un alfa diferente a esta alturas.

Suspiro, aún le quedaban unos escalones más por subir y la caja que llevaba en sus manos comenzaba a pesar demasiado. Es en esos momentos cuando jin desearía tener una mano amiga que cargará todas sus pertenencias hasta el condenado tercer piso.

—Al fin, maldita sea, mis piernas —termino de quejarse el Omega solo para darse cuenta que alguien más estaba en el pasillo. Sus ojos se abian clavado ante la atractiva figura de ese Alfa.

Jin sonrió juguetón, al parecer podría usar a este alfa con un poco de sus encantos y hacer lo subir sus cosas por el, así se evitaría la fatiga y tal vez tendría un buen momento con este espécimen en su habitación.

—Disculpa —dijo dulcemente intentando atraer la atención del alfa que parecía apurado.

—Perdón que te moleste, quiero presentarme adecuadamente. Mi nombre es Kim seokjin y desde hoy supongo que seremos vecinos —dijo extendido la mano en un claro apretón de manos. Jin sabía que el alfa lo estaba recorriendo con la mirada y eso lo animó satisfactoriamente a seguir con su coqueteo, jin sabía que su aroma y cuerpo eran sumamente atractivos para los alfas.

Paso por alto el echo de que el alfa ignoro su mano extendida, atribuyendo lo a que lo había sorprendido con su belleza, así que decidió hacer su siguiente jugada.

—Las cajas pesan un poco, no se si podrías ayudarme y después ofrecer te algo en agradecimiento —dijo mordiéndose el labio inferior y mirando al contrario coquetamente. Pero lo que jin no se espero y lo dejo con la boca abierta, fue la reacción y la respuesta de su nuevo vecino.

—Estoy ocupado.

Y eso fue todo, el alfa había salido huyendo todo sonrojado y dejando a un jin muy confundido.

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⏰ Última actualización: Dec 01, 2023 ⏰

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