Este fanfic esta hecho con la intención de entretener al público. Se aceptan pedidos, pero esos pedidos no van a perjudicar en la historia original.
Y también tengo que decir que los personajes que aparecen aquí no me pertenecen, si no que les pert...
La kunoichi entró en la gran sala del trono, arrodillandose frente a este.
---¿Me llamaste, padre?---Preguntó, con su vista fija en el suelo.
---¿Cuando piensas traerme a la tortuga, Karai?---Respondió.
---Padre, entienda que esto lleva tiempo.
---¡Yo no tengo porque entender nada!---La interrumpió, dando un fuerte golpe contra el trono---Te di una oportunidad, aprovechala---Dijo exigente. Karai levantó su vista, mirando a su padre a los ojos, para después volver a mirar fijamente al suelo.
---Tiene razón, perdoneme por mi ignorancia padre---Se disculpó. El contrario se inclinó levemente en su trono.
---Lo quiero para mañana, así que aprovecha el tiempo---Ordenó.
---¡Pero padre!---Levantó la cabeza, mirando a su padre con desacuerdo, este solamente le extendió la mano, en señal de que se callara---Como ordene padre---Volvió a bajar la mirada.
---Bien, ya te puedes retirar---La kunoichi obedeció, retirándose de aquel gran salón.
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Esta vez, las tortugas se habían separado en grupos de dos para elaborar el patrullaje, el cual ya habían terminado todos.
A Leo le tocó patrullar con Mikey, el cual no paraba de sacar el tema de Leon y él, lo cual lo puso muy nervioso e hizo que no se pudiera concentrar en el patrullaje.
---¿Entonces, dices que sospechas de que tú le gustas a él, pero que a la vez no le gustas?---Preguntó desconcertado. Leo negó.
---Eso era antes, Mikey, ahora estoy seguro de ello---Sonrió levemente, con un leve sonrojo, apenas notorio.
---¿Lo de qué no le gustas?
---¡No, lo otro!---Se apresuró a responder, ahora con un sonrojo más notorio.
---Ahhh---Sonrió, entendiendolo ahora---Espera, ¿como sabes eso?---Lo miró, con intriga, para después soltar un leve suspiro de sorpresa---No me digas que se te declaró---Leo no respondió, solo se le quedó viendo en shock, mientras que sus mejillas se ponían más rojas que antes---¡O por dios!¡Leo, eso es genial!---Menciono el pecoso, empezando a dar saltitos de emoción.
---Ay...que vergüenza---Susurro, con un gran sonrojo en su rostro, casi parecía un tomate viviente.
No muy lejos de ahí, una figura, entre las sombras, se encontraba espiandolos.
---¿Así que ese es tu secreto, eh, Leo?---Habló una voz femenina, mientras salía de la oscuridad---Veremos como llevas la situación de ser separado de tu amado---Sonrió con malicia, observando como perdía de vista al joven líder de azul y al pecoso.Para después volver a adentrarse en las sombras, perdiéndose en estas.
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