All Smite_Cómo caen los poderosos (All Might Villano)

Capitulo 23 Terminación

Hace varias semanas

Dabi pasó por la noche como si le perteneciera. En cierto modo, supuso que sí. Los tratos turbios, los pequeños atracos y las caras desesperadas... que podrían haber sido él tan, tan fácilmente.

No servía de nada centrarse en el pasado. En este momento, necesitaba asegurarse de que ningún otro niño terminara tan equivocado como él. Por eso arrastró a una adolescente enloquecida con un cuchillo a All For One hace tantos años. Por eso intervino cuando vio a Tenya Iida deambulando buscando a un asesino en serie. Y es por eso que tuvo que hacer todo lo posible para encontrar a Izuku.

Dabi parecía rudo y poco acogedor, diablos, era rudo y poco acogedor, pero nunca ha sido alguien que le dé la espalda a un niño en problemas.

Regresó al bar en el que trabajaba, con la esperanza de ponerse en contacto con alguien que pudiera decirle dónde estaba el niño. Siempre estuvo ese viejo. El chico entraba, actuaba tan loco como Toga cuando Dabi la conoció y luego se iba en el momento más conveniente. Algo en él simplemente puso los pelos de punta a Dabi. Había algo que ese hombre estaba escondiendo.

Cuando entró al bar, los ojos de su gerente se abrieron como platos. La reacción fue extraña, pero Dabi tampoco llegó al trabajo anunciado así. “Tengo algo de tiempo libre y no quiero estar solo. Ni siquiera te haré pagar”.

“Ha habido algunas llamadas a nuestros proveedores que he estado posponiendo. Mantienes el fuerte”. Y entonces el director se fue corriendo. Dabi agarró un trapo y limpió la barra del bar. Por el momento fue lento, pero se aceleraría más tarde. Observó con interés cómo algunos de los villanos revisaron sus teléfonos, palidecieron, pagaron sus cuentas y se fueron. ¿Quizás había algún trabajo en marcha?

Continuó hasta que Dabi estuvo solo en la habitación. En ese momento supo que algo andaba mal. Su mano picaba su teléfono para enviarle un mensaje al jefe sobre esto, pero fue interrumpido por su gerente.

"Oye, ¿puedes ir a comprobar cuántas pajitas nos quedan?"

Dabi resopló. "Siempre tenemos pajitas".

"Sólo ve a comprobarlo".

Él se encogió de hombros. Estar en la sala de almacenamiento haría más fácil enviar información sin ser descubierto. Estaba oscuro, pero en el momento en que encendió las luces, se escuchó el sonido de algo veloz en el aire.

Una bota le golpeó la mano y Dabi gritó. Intentó retroceder por la puerta, pero la cerraron de golpe, envolviéndolo en la oscuridad. Tan pronto como sacó su arma, un pie golpeó su espalda, derribándolo y haciendo volar el arma. Esto fue malo. Estaba siendo asaltado por un enemigo desconocido que ya lo había desarmado y ni siquiera podía ver.

Cualquier intento de llegar a las luces o cubrirse se topaba con más ataques. Incluso simplemente quedándose quieto, fue bombardeado. 

“No sé quién eres, pero será mejor que ya lo dejes. Mi manager vendrá a buscarme”.

Una voz anciana se rió. “¿No sabes quién soy? Y aquí pensé que me estabas buscando”.

Las luces se encendieron, revelando al anciano que Dabi había estado vigilando. Estaba vestido con un traje blanco holgado y una máscara negra.

"Nadie vendrá por ti, cigoto".

"Mi gerente..."

“Te vendí”, confirmó el anciano con una sonrisa maliciosa. Dabi recordó cómo todos los villanos se habían ido en pequeños grupos, cómo nadie más había entrado al bar. "Me llamó tan pronto como entraste".