All Smite_Cómo caen los poderosos (All Might Villano)

Capitulo 25 Hermanos

Izuku yacía inerte en la cama. Todo Smite se había ido en algún momento y Banjo lo había reemplazado. A Izuku no le importaba. No importaba qué villano lo estuviera mirando. Incluso si Izuku gritara y chillara, no importaría. Izuku no pudo hacer nada, no pudo salvar a nadie.

Banjo estaba ahora frente a él, a centímetros de la cara de Izuku. Las duras líneas de su rostro se convirtieron en una sonrisa. Había estado sonriendo cuando mataron a Dabi.

Dabi en el suelo, con la pierna rota, la boca amordazada y rematado con ese horrible lazo. Como si fuera un regalo.

"-id? ¿Niño? ¿Estás ahí?"

Los ojos de Izuku se cerraron. Estaba a la deriva. Revoloteando entre recuerdos para observar cada instancia en la que había fallado. Había muchos de ellos. Esa vez en la primaria cuando Kacchan golpeó al niño en el escritorio 13. Cuando los compañeros de Firefly fueron asesinados a golpes. Cuando el médico miró a Izuku a través de esos gruesos lentes y le dijo que no tenía peculiaridades. ¿Izuku siempre había sido un fracaso y simplemente no se había dado cuenta?

Parpadeó y abrió los ojos. Banjo estaba recostado en el sofá, jugueteando con su teléfono. ¿Qué pasaría si Izuku se lanzara hacia él, lo agarrara y pidiera ayuda? Un montón de cadáveres sería su recompensa. Más personas morirían por su culpa.

Izuku se miró las manos y, mientras parpadeaba rápidamente, pudo ver sangre carmesí pegajosa goteando de ellas. Podía sentir cómo se congelaba debajo de sus uñas y se secaba en sus palmas.

Izuku jadeó en seco, atragantándose con el ácido de su estómago. Tropezando, corrió de regreso al baño, levantando el grifo del lavabo. Tenía sangre en las manos y no salía. Bombeó el jabón hasta que una capa espesa y grasosa cubrió sus manos y luego las frotó y frotó. Pero no estaba saliendo. La sangre del Dabi todavía estaba allí. Dabi todavía estaba en sus brazos. Izuku le había prometido que no moriría.

Dabi le sonrió, "Deja de ser un héroe".

Izuku se desplomó en el suelo. Su pecho vibraba con sollozos profundos y agitados. "Lo siento", se lamentó. "Quería ser un héroe. Pero cada vez que lo intento, alguien sale herido. Y es mi culpa. Sigo lastimándolos. No puedo seguir sonriendo y presionando, y lo siento. Lo siento mucho. Por favor, Dabi, Ingenium, Tomura, mamá, papá… perdóname."

Jadeó. Sus pulmones no estaban funcionando. No podía hacer que se llenaran lo suficiente.

"¿Qué hago? ¿Qué hago? Sólo quería ser un héroe, pero soy un monstruo".

Zarcillos negros lo envolvieron, inmovilizando sus brazos a los costados y sacándolo del baño. Izuku gimió, golpeándose contra ellos. "No, tengo que quitármelo. Tiene que quitárselo. No quiero que mueran. ¡No quiero que mueran!"

"Niño, está bien. Tú estás bien. Nadie se está muriendo".

Izuku gritó más fuerte y, en lo más profundo de su ser, un poder respondió a su llamado. Crujió a través de su cuerpo en rojo y blanco eléctrico. Banjo maldijo, apretando sus ataduras alrededor de Izuku. "Tienes que calmarte. Estás bien. Sólo respira".

"¡NO PUEDO!" Izuku gritó, liberando un brazo del látigo negro. Retrocedió, el extraño poder que se filtraba a través de él se intensificó y se concentró en su brazo. "¡SOLO PARA!"

El poder explotó de Izuku, y la fuerza del mismo arrojó a Izuku y Banjo hacia atrás, estrellándolos contra la pared de la bóveda antes de caer al suelo.

Izuku gimió, sus pulmones jadeaban por la falta de aire. Se movió en el suelo y se detuvo cuando el movimiento le provocó un dolor candente en el brazo. Inclinó la cabeza para buscar el dolor, pero vio carne sangrienta de color púrpura. Su dedo se contrajo y la carne mutilada se contrajo del mismo modo.