Gerónimo Zeni, estupefacto, se sentó lentamente en su escritorio. Le acababan de notificar que su padre Giacomo Zeni, había fallecido en la penitenciaria estatal donde cumplía cadena perpetua por la muerte de Loreta Monteiro, su madre. Aparecieron de golpe todos los recuerdos de esa fatídica noche, 20 años atrás, cuando su padre, completamente desequilibrado por su continua búsqueda de la perfección artística, tomó un cuchillo y asesinó a Loreta para hacer con ella una escultura humana, todo ello enfrente del joven Gerónimo, entonces de 15 años.
El mediático juico dada la fama del escultor y el continuo asedio de la prensa obligaron a Gerónimo a volverse ermitaño, Decidió dejar su naciente y promisoria carrera de pintor y hacerse detective para buscar justicia a otras víctimas. No fue tarea fácil debido al trauma y tuvo que realizar una extensa e intensa terapia siquiátrica para poder tener la tranquilidad emocional necesaria para acometer investigaciones criminales.
Sin embargo, su inteligencia superior y su instinto excepcional le permitieron ganarse la reputación de ser un buen detective, tanto que tenía un récord perfecto, 100% de casos asignados resueltos. Fue apenas lógico que lo llamaran a investigar uno importante: el asesinato de la hija de un congresista.
El cadáver estaba envuelto en vendas, parecía una momia excepto que tenía la cabeza descubierta, estaba peinada y con el rostro maquillado. Al ya extraño cubrimiento del cuerpo se añadía el hecho que las vendas blancas, tenían una textura rugosa y estaban pintadas o salpicadas con gotas, con un color rojo que resultó ser sangre de la propia víctima. El antiguo, pero no olvidado conocimiento de pintura de Gerónimo le permitió identificar que habían intentado crispir las vendas con la sangre. Eso le generó desasosiego puesto que significaba que el asesino era alguien que sabía de arte, y le recordó lo que había hecho su padre.
A ese crimen le fueron sucediendo algunos más, a razón de uno por semana generando temor en toda la ciudad. La prensa cubría con amarillismo cada nuevo evento del "Escultor" como dieron por llamarle ante el evidente rechazo de Gerónimo por lo que el consideraba una clara referencia al crimen de su padre. Estaba abocado 100% a la tarea de detenerle, pero cada vez que encontraba una pista prometedora el Escultor cambiaba su accionar. Lo que nunca dejó de hacer fue envolver los cuerpos como momias, peinados, maquillados y con el crispido rojo.
A medida que el tiempo pasaba y los cuerpos se acumulaban, crecía la obsesión de Gerónimo a tal punto que empezó a notar lagunas mentales, sus cosas aparecían en un sitio diferente; tenía problemas de conducta: olvidaba comer, se aparecía con ropa del día anterior en su oficina y dejaba de afeitarse por varios días; llegó a olvidar haber ido a algún sitio o cómo había llegado allí. Tenía pesadillas donde el Escultor se burlaba de él por no poderlo atrapar y era testigo del proceso de envolver los cuerpos y crispir de las vendas.
Una mañana Gerónimo volvió en sí y encontró que se había acostado en el sofá. Se cambió y fue a la oficina, empezaba a sentirse frustrado cuando le notificaron que una mujer se presentó diciendo que la noche anterior el Escultor había intentado agredirla, fue tan traumática la experiencia que no recordaba como, pero se pudo zafar y salir corriendo. Inicialmente había pensado ni hablar de ese encuentro hasta que miró su celular. Un par de fotos borrosas eran la primera prueba tangible de la identidad del Escultor.
Inmediatamente mandaron las fotos a procesarlas, los poderosos equipos estaban en capacidad de aclarar fotos borrosas para identificar su contenido, aunque en contados casos no tenían éxito. Desafortunadamente este fue otro de esos contados casos. Frustrados todos, fueron enviados a descansar unos días, estaba claro que no podían hacer nada, excepto rezar para que el Escultor no volviera a atacar. A regañadientes, Gerónimo se fue a dormir.
La noche siguiente, una mujer caminaba presurosa y con evidente nerviosismo por un sector desolado y con poca iluminación, en su ruta debía atravesar un parque. Miró a ambos lados y no vio a nadie y aún más rápidamente intentó llegar al otro extremo cuando en la mitad sintió que alguien la agarraba por detrás y una mano enguantada le tapaba la boca, una voz gutural le decía: "soy el escultor y voy a hacer de ti una obra maestra" al tiempo que la golpeaba tirándola al piso. La aturdida mujer alcanzó a ver que un encapuchado se ponía encima de ella e intentaba inyectarle algo. Forcejeaban cuando en ese instante se prendieron las luces del parque. Al menos 20 policías armados apuntaban al malhechor. El capitán gritó "¡Detente!", se acercó y arrancando la capucha dijo "Hola Escultor, o debo mejor decir ¿hola Gerónimo?"
Los estudios determinaron que Gerónimo padecía de Trastorno de Identidad Disociativo producto del trauma de ser testigo del asesinato de su madre. La captura yenjuiciamiento de su padre mantuvieron su otra personalidad latente hasta quela noticia de su muerte la sacó de su letargo y se activó. Su objetivo era terminar la obra de su padre: hacer una escultura humana perfecta. El diagnóstico confirmó su inimputabilidad, fue enviado al hospital siquiátrico donde se mantuvo sedado todo el tiempo y en confinamiento solitario.

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El Escultor
Mystery / ThrillerUn asesino serial. Un detective infallible con traumas de su adolescencia que se obsesiona con capturar al criminal. A veces los malhechores están tan cerca que no puedes verlos. ¿Cómo puede un trauma a temprana edad afectar tantos años después?