Abrir la puerta de mi apartamento topándome con esos hermosos ojos marrones viéndome con una tenue sonrisa, se ha convertido en un habito. Un muy lindo e inigualable habito.
- hola Jungkook, traje la merienda. – podía notarlo en las dos bolsas con comida que cargaba entre sus manos. El beso que dejaba en mi mejilla no podía faltar como cada que nos volvíamos a ver. Era una costumbre suya que enloquecía los latidos de mi corazón, aunque ella parecía no notarlo.
Quisiera besarla también, tomar sus mejillas y unir sus labios con los míos, pero era imposible y debía olvidar aquella idea si quería no perderla. Me conformo con un beso en la mejilla, con sus visitas inesperadas y las planeadas. Sin ninguna otra intención más que charlar y comer, como todos los amigos hacen.
- el señor Lee es despiadado, solo deja trabajos sin sentido alguno – escucho atento las quejas de ____. Es tan linda cuando lo hace, con ese sutil puchero. Ambos sentados en el suelo, uno al lado del otro. Incluso se ve hermosa al hablar con las mejillas repletas de comida. – ¿qué tal Kate?
Abrí mis ojos ante la pregunta, apartando mi vista de sus hermosos labios. Me había perdido en ellos sin darme cuenta.
- ¿que con ella? – pregunte después de aclarar mi garganta y comer una patata frita.
- le gustas... - esa sonrisa sincera no se iba de sus labios. Como anhelaba que la palabra "le" fuera cambiada por "me". Sonaría tan bien escucharlo venir de su suave voz. - me lo dijo después de la clase de inglés, ¿es linda no? – casi me pierdo en su mirada de cachorrito con ojos grandes así que decidí dejar de verla. Agache mi mirada sintiendo como el calor teñía mis mejillas.
- no sé porque insistes en esas cosas... - siempre toca el tema de parejas, pero no como me gustaría que lo abordara.
- porque....– alargo la última vocal, mientras se acercaba a mí, tomo mi brazo comenzando a enumerar. - eres guapo, inteligente, muy amble, honesto y estoy muy segura que serias una gran pareja. Aun no puedo creer que no tengas novia.
Escucharla hablar así de mi hacía que mis ojos brillaran y mi pecho se inflara de orgullo, anhelo y esperanza. ¿En serio me consideraba un buen prospecto? Porque yo...
- estoy esperando a la chica correcta... - confese mirandola directamete a los ojos intentando trasmitirle lo que siento, que lo sepa, quisiera decirle...
- pues nunca llegara, porque eres un gran partido, nadie merece tu hermoso corazón. – sus labios tocaron mi mejilla mientras me abraza por la espalda, recargando su barbilla en mi hombro. - te extrañare mucho cuando tengas pareja...
Tome su mano, que descansaba en mi pecho. ¿Le dolería? Me pregunto si le dolería igual o más que a mí, cada vez que él aparece...
- oh, tengo una llamada, ahora vuelvo
Deje de sentir su calor, sus brazos rodeándome y es que siempre era así. Cada que él llamaba ella corría a atender. Le ha roto el corazón tantas veces, ¿porque sigue esperándolo?
Talvez por la misma razón que yo aun espero por ella.
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