Octava Semana

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Al fin volvíamos a ser tres. Parecía imposible, pero tras una pequeña discusión que para mí fue eterna, conseguimos arreglar las cosas entres los tres y ahora volvemos a reír juntos, aunque eso sí, mis momentos a solas con Olivia no han desaparecido y espero que nunca lo hagan.

Este lunes, tuve el pequeño trayecto de siempre hasta casa de Alba para poder estar a solas con mi novia y como ya es costumbre, charlamos de la vida y de las ganas que teníamos de que llegara la navidad. Cuando Alba se reunió con nosotros, se involucró en la conversación.

-Es que los planes de navidad son lo mejor-. Dijo Alba.

-Sí, y alguno haremos contigo, no te preocupes, pero casi todos los días estaré con el chico este-. Dijo Olivia.

-¿El chico este?-. Repetí asqueado.

-Así te he llamado, ¿Hay algún problema?

No dije nada, solo la dediqué una sonrisa.

-¿Y las luces? Eso si iréis conmigo, ¿No?-. Volvió a preguntar nuestra querida sujetavelas.

-Por supuesto, a eso iremos los tres-. Respondió Olivia.

-¿Cuándo?-. Pregunté yo.

-El finde que viene que es cuando las encienden.

-Perfecto-. Dijo Alba emocionada.

Ya estaba hecho: la semana que viene comenzaría oficialmente la navidad.

Vaya ojos tiene..., estoy muy hundido en esa mirada, pero es que es bajar la mirada a su boca y es cuando esa hermosa sonrisa se me contagia sin siquiera planearlo.

No penséis que soy raro, no es que esté pensando en ella ni nada parecido, simplemente, antes de entrar a teatro había quedado con ella y estábamos sentados en un banco y yo, pues bueno, me puse a observarla con atención.

-¿Me estás escuchando?

-Sí, perdón, es que...

-Siempre te empanas tío.

-Pero no es mi culpa.

-¿Y entonces de quién es?, ¿Mía?

-Pues sí.

-¿Me estas vacilando? ¿Cómo me echas la culpa a mí?

-Es que me empano mirándote. Es tu culpa ser tan guapa.

Se quedó callada un momento.

-Bueno, lo que te decía era que si me podías ayudar con Lengua.

-¿Lengua?, ¿Pero a ti no se te daba mal el Latín?

-Ambas cosas, pero ahora quiero que me ayudes con Lengua.

-Esa es la asignatura más fácil.

-Lo será para ti.

-Pues será.

-El caso es que la sintaxis...

-Llevamos cuatro años dándola.

-Pero siempre meten algo nuevo.

-Poca cosa.

-Bueno, ¿Me ayudas o no?

-Claro, me encantará darte clases.

-Gracias-. Acto seguido me dio un puñetazo.

-¿A que no te ayudo?

Me volvió a pegar, por lo que yo me levanté del banco y fui a por ella de coña. Obviamente, no quería hacerla daño.

Ella de repente me mordió.

Mi significado de estar enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora