Rehén (2won)😣😈

❤️😈Capítulo 3❤️😈

❤️😈Capítulo 3😈❤️

Narrado por Hyungwon

Regresar a mis principios era lo que yo necesitaba, estar en mi hogar de nacimiento junto a mis padres sanaria la brecha que se estampó en mi corazón, nunca imaginé que mi propio hermano abandonaría a una mujer embarazada, ni menos a una niña que iba a conocer el mundo. Desconocía la ubicación actual porque sino ya me hubiera instalado para romperle la cara a pedazos. Desconocía al ser humano que una vez conocí, él jamás maltrato a nuestros hermanos, padres ni a mí, era extraño, pero con el paso del tiempo las personas cambian. Yo cambié, me transformé en la persona que una vez quise ser, me consideraba afortunado por haber hecho mi vida apartado de los demás, creciendo en lo personal y buscando ser una mejor persona. Aunque tuve barreras en el canino, salí adelante.
¿Será que tuve que vivir una desgracia cómo esta para conocer a quien ahora hacia latir mi corazón? ¿Cuándo sucedió?¿Cuándo empecé a verlo con otros ojos? Fue repentino el comenzar a hacerme estás preguntas. Tal vez cuando observaba a Hoseok sin darme cuenta algo nació en mi pecho, algo que no quise reconocer hasta el momento.

...

Mi hermano Seung hace unas dos semanas empezó a ver a una psicóloga, yo lo acompañe a cada sesión por ser menor de edad, vivía intranquilo por el estado de mi hermano menor, verlo así me hacía sentir culpable e inservible. Él no me miraba desde ese día y eso me destruía. Nuestra relación nunca fue la mejor, tal vez porque estaba en la etapa de la adolescencia pero aún así me desmembraba el corazón. Jun inclusive hablaba conmigo sobre el tema, sobre que solo era una etapa y que Seung me adoraba a su manera. Amo a mi hermano menor y lo que más anhelo es que esté bien y que estemos bien entre los dos.
Ese día lo acompañe a la sesión como hacía siempre, los niños estaban en el jardín de infantes por lo que pude centrarme en la recuperación de mi hermanito, la sesión duro hora y media. La psicóloga me aclaró que iba a ver cambios que pronto sería notorio, me comentó que Seung habló pocas palabras con ella, y que mencionó varias veces mi nombre y eso me daba cierta esperanza. La semana próxima la sesión sería compartida junto con él para intentar persuadir a mi hermano y que este se dignara a tener un fluida conversación.

Dentro del coche se oía la música de la radio, el viaje al hogar de Hoseok era sepulcral.
Unas agujas pinchaban mi abdomen, me mentalice actuar indiferente frente al pelinegro, para que no removiera mis entrañas. Aunque pudiese concentrarme en el momento perdía ante la desconcentración humana, Hoseok era pura roca de todos lados, recuerdo cuando casi me caí al resbalar del escalón y él me sostuvo con su brazo alrededor de mi cintura y yo apoyé mis manos en su pecho, dureza es lo que mis manos memorizaron al tacto. Me dispute con mis propios sentinientos, negando todo tipo de ellos, pero era en vano porque él se metió en mi vida casualmente y ahora soy un río desmedido.
En lo que me debía concentrar y estaba en el tope era en mis hijos, la recuperación y de mi hermano y en que Jun no descuidase sus estudios por estar preocupado por nosotros. Jun era un as bajo la manga, tan inteligente y protector con nosotros y le agradecía por eso pero siendo yo el mayor, mi prioridad eran ellos cuatro. Yo venía en el último puesto al igual que mis sentimientos.

Cuando llegamos al hogar de Hoseok, con la llave que me proporcionó, abrí la puerta y entramos, Seung subió las escaleras y yo fui a la cocina por una vaso de agua, estamos solo los dos ya que el dueño de la vivienda estaba trabajando, pronto mi hermano regresaría con los niños y yo prepararía el almuerzo.
Más tarde con el almuerzo ya preparado nos sentamos a comer, Hoseok entraría por la puerta en menos de unos minutos, conocía sus horarios y eso me ponía nervioso. Ya estar en un mismo lugar con él, me pone los nervios de punta.
Todos terminamos de almorzar, cuando me encontré lavando los trastes que usamos, oí pasos desde la sala.

—Hey- me dijo Hoseok al entrar a la cocina.

—Hola, tengo tu almuerzo aqui, lo calentare- mi cuerpo era una gelatina, las piernas no me funcionaban, mi corazón iba a escaparse de mi pecho, mi pulso nadando en agua salvajes.

—Yo lo haré- respondió breve, esa actitud que destesto en él hace que me endurezca.

—¿Por qué no tomas un baño? - intenté que mi voz no demostrará mis ganas de golpear su rostro.

Lo senti suspirar tensado, seguramente una bala de palabras vendría en camino.

—Ya lo hice. No vengo del trabajo.

Yo seguía de espaldas hacia él por lo que al dar un giro pude percibir su cabello húmedo y ropa limpia. Él siempre regresaba con las prendas que usaba en el trabajo. Fijé mi mirada hacia una marca de labial carmín, mi visión perfecta y la conclusión que saque fue que estuvo con una mujer.

—Claro, olvidaste una mancha alli-señale con mi dedo mi propio cuello con bronca- veo que disfrutaste tu día, iré con mis hijos. Que disfrutes el almuerzo.

Cuando iba a pasar por su lado, él me tomo el brazo. Me observó detalladamente cómo queriendo adivinar que pasaba por mi mente.

—Suéltame.

—¿Por qué estás celoso? -me preguntó analizandome.

¿Celoso? Yo ¿Celoso? ¿Esto eran celos? Enfadarme porque no haya vuelto a su casa a almorzar, almuerzo que preparé para todos, y que esa marca de labial carmín estuviera como tatuado en su piel ¿Se incluía dentro de este conjunto de sentimientos negativos? No, si, pero no diría eso voz alta.

—No estoy celoso, enojado más bien, hice el almuerzo para todos y tú, mi amigo, preferíste ir a follar que estar aquí con nosotros- eso no fue bueno porque si yo quería demostrar que no estaba celoso, logré lo contrario, maldita sea.

—Estas celoso. Y lo acabo de confirmar. Agradezco que todos los días hagas el almuerzo y la cena pero mi vida privada no te incumbe. Lo que yo haga es mi problema- retruco, su rostro inexpresivo me imposibilitaba a encontrar alguna emoción.

—Es tu vida si, hagas lo que hagas con tu pene es tu problema. Trata de llegar a horario, mis hijos preguntaron por ti hoy. Me enteré que tú los ayudas hacer las tareas, y que juegas con ellos, mis hijos están vulnerables aún y lloran si no te ven. Así que guarda tu maldito pene de dia dentro de tus pantalones y no dejes que mis niños lloren por ti- me sentí vulnerable y acalorado por la bronca que renacia en mi- solo te pido eso, que estés para ellos, te han tomado cariño.

Me solté del agarre y me retiré con este sentimiento amargo. Carajo, estoy celoso, muy celoso.

Mierda.

¿Qué dicen? ¿Hay amor o no hay amor?