Acto 4

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La sonrisa en Hyunjin asustaba a muchos de sus compañeros, exagerando a más no poder, mientras que Félix tenía cara de pocos amigos, el ceño fruncido, labios sin expresión y una mirada llena de misterio. Todos los miraban sin comprender lo que ocurría.

—Exageras en mi expresión —habló el rubio, colocándose frente al menor—, no parezco tan amargado.

—Tu sonrisa da miedo, la mía no —habló sin cambiar su expresión—, interpreta correctamente al personaje y yo haré lo mismo.

—¿Te crees muy listo? —sonrió aún más, casi cerrando sus ojos—, primero hazlo tú.

—Primero los ancianos.

—Yo no diría eso.

—¿Crees que yo actuaría de forma tan idiota?

—¿Cómo me llamaste?

—¿Acaso eres sordo?

Hyunjin tomó aire y lo soltó con calma, sonrió sin tanta intensidad, siendo más ligera.

—¿Contento?

—Claro —relajo su expresión, su ceño dejó de estar fruncido, su mirada era más relajada e incluso su cuerpo dejar de estar tenso—, me iré a clase.

Hyunjin lo dejó irse, no dijo nada y se quedó estático, mirando a la nada aún con una débil sonrisa, envidiaba esa personalidad, capaz de expresarse. Simplemente no le gustaba.

 
 
El castaño no lo soportaba más, no sentía que podría seguir con eso, actuar a su lado.

Odiaba esa mirada, sus palabras, todo lo que fuera de Hyunjin, le estresaba el tono de su voz, todo, aceptaba que su actuación era admirable, pero lo demás, un desastre.

Llegó molesto, se dirigió a su asiento y solo dejó la mochila en el suelo para después recostar su cabeza sobre su brazo, deseando tener la libertad de desahogar todo en un grito, pero era consciente que no podía.

—Lix, ¿cómo te fue? —escucho la vocecita de su amiga.

—Mal, Hyunjin no me agrada en lo más mínimo —decía sin levantar su cabeza.

—Pero solo vas a actuar, puedes ignorarlo.

—No puedo —levanto su mirada notando a su amiga sentada a su lado—, no quiero verlo más, no me explicó el porqué me habló ese día, mi madre se molestó mucho conmigo.

—De todas formas tienes que aceptar que no tienes mucha oportunidad de llevarte con tu madre —decía con una mirada llena de sinceridad—, soy tu amiga, hablaré con sinceridad.

Félix aceptó eso, su amiga tenía razón, la relación con su madre sería lo más complicado, desde sus seis años, con la llegada de su hermana, su historia fue como el de los cuentos de hadas, tu madrastra muestra su verdadero ser cuando tienen a sus propios hijos.

Miró a la puerta por curiosidad, y aquel chico, hijo del profesor Kim, entraba con una bolsa blanca de alguna tienda de conveniencia y en la otra una de esas cajas que llevaban café, se acercó con una sonrisa.

—Traje algo para que descanses —dijo el chico dejando las cosas sobre la mesa, frente a Sunhee—, Sunnie me dijo que te gustaba el capuchino y lo pedí con mucho chocolate en polvo —dejó un vaso de café junto al mayor— y también traje algunos panes.

—Gracias —Félix tomó su café y lo enfrió mientras veía a la pareja, deseaba que Seungmin fuera bueno con su amiga.

—¿No trajiste tú americano? —Sunhee vio el nombre del café en los vasos.

Proyecto ¿Romeo y Julieta? ﻌ [Hyunlix] ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora