I FOOD

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─ ¡Chifuyu por favor deja de gruñirle al perro! ─ Takemichi se encuentra preocupado por el comportamiento arisco, reservado y gruñón de su pequeño gato híbrido, Chifuyu. No importa quién intentará acercarse a él, ya sea persona o híbrido, el felino siempre demostraba su descontento a todos, lo que poco a poco empezó a preocupar a Takemichi, quien solo quería ver qué su gato fuera feliz y sociable.

Pero ahora se encuentra asustado viendo al inmenso híbrido de perro frente a él y está dudando de si su pequeño gatito debería socializar o no con otros híbridos.

¡Dios porque justo tenían que toparse con Draken y su inmenso perro!

Su inmenso, maldito y odioso perro que siempre anda molestando.

Porfavor que no mate a su preciado gato.

─ ¡Hanma ya para! ─ Grito con autoridad Draken, jalando la correa del cuello para que retroceda y deje de molestar al pobre gato. Draken está considerando darle una lección a su perro para que deje de molestar. ─ ¡Deja de molestar a Chifuyu y empieza a comportarte como se debe! ─.

─ Pero es un gatito muy divertido ─ Hanma retrocedió un par de pasos por el tirón que le dieron a su correa. ─ ¿No puedo jugar un ratito más con Yuyu? ─ Se acercó un poco más a su dueño, sus orejas de can bajaron para crear una imagen de tristeza y compasión, al ser un poco más alto que su dueño pudo restregar con facilidad su mejilla en la cabeza de Draken.

─ ¡No me digas Yuyu infeliz! ¡No somos amigos y jamás sería amigo de un perro pulgoso como tú! ─ Sus palabras salieron como veneno, mirando con odio y desprecio al can frente suyo. Dándole gruñidos al ver como ese maldito perro pulgoso lo miraba con burla.

─ ¡Chifuyu! ─ Grito impresionado Takemichi. ─ Lo siento mucho Draken, él no siempre es así ─ Takemichi siente como sus ojos se cristalizan por la desesperación de no poder controlar a su gato y sus arrebatos de ira.

─ Siempre soy así ─ Dijo en un susurro Chifuyu, arisco y listo para rasguñar al imbecil perro de Hanma.

─ Está bien Takemichi, no te preocupes yo también te pido perdón, este perrito de acá también necesita una disciplina ─ Dijo mientras con sus dedos jala la mejilla de su perro, escuchando los quejidos que suelta por el fuerte tirón que le está dando.

─ Ay, ay, ay, ay, Kenny duele mucho ─ dijo soltando lloriqueos infantiles y moviendo su cola de un lado a otro. Chifuyu solo quiere pegarle en toda su cara para que se calle.

─ Te he dicho muchas veces que no me digas así ─.

─ Y yo te he dicho que siempre te diré así ─.

Después de una pequeña discusión, y los intentos de Chifuyu por rasguñar a Hanma, ambos, dueño y gato, se fueron a casa.

Takemichi decidió que ya es hora de llevar a Chifuyu al veterinario en busca de respuestas y soluciones para mejorar su relación con el mundo exterior.

Chifuyu se encuentra acostado en el sillón, pasando sus manos por su orejas tratando de limpiarlas.

─ Chifuyu ─ Takemichi mira a su gato. Chifuyu detuvo sus movimientos, mirando de reojo a su dueño y preparado mentalmente para el pequeño regaño que recibirá. ─ ¿Por que eres tan malo con los otros? ─.

─ Porque no me agradan ─ dijo con simpleza.

Solo suspiro por décima vez desde que llegó a casa.

─ Y también... Porque te quiero proteger ─ dijo en un perceptible susurro. Takemichi quien logró escuchar dio una sonrisa.

Se acercó a su gatito y lo abrazo, dándole caricias por su cabeza y orejas.

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