Soy Melanie, la típica chica simple en la que nadie se fijaría. Tengo 17 años, y creedme, me siento como si tuviera cinco. No soy de esas chicas "populares", por decirlo de alguna forma, si no que mas bien, me gusta estar sola.
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Suena el despertador. Parece mentira que hace unos días estaba con el bikini, y dentro de una hora tengo mi primera clase.
Me levanto de la cama y me voy al baño. Me lavo la cara y los dientes.
-Melanie, a desayunar!- dijo mamá desde la cocina.
-Ya voy- dije suspirandoDespués de desayunar me voy a mi habitación, a buscar algo que ponerme. Cojo lo primero que veo en el armario: unos jeans y un suéter, además de mis converse. Me recojo el pelo en una coleta alta y me pongo la mochila. Lista para mi primer día, o eso creo.
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Cuando subo al bus, me doy cuenta de que esta prácticamente lleno, solo queda un asiento al final. Mientras paso por medio hasta llegar a mi asiento, todos me miran con mala cara.La primera clase es matemáticas. El profesor me cae bien, pero es muy... Cursi?
Pasa la mañana y, a la hora del almuerzo, me voy a la cafetería. Estaba llena, también. Me siento en un rincón hasta que he de volver a clase.
Al volver a casa, me siento de nuevo en el bus. Me pongo los cascos y me relajo. Que día más agotador, y eso que es el primero!
Bajo del bus y entro en casa. Mamá estaba haciendo la comida, y papa, trabajando.
-Que tal el primer día?- dijo mama
-Muy bien- mentí
Subí a mi habitación y me tumbé en la cama. Estaba leyendo cuando me llega un mensaje. Que
extraño, quien será?