°Capitulo 5: ¿Premio o castigo?°

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Mientras Milei se acercaba cada vez más, Bregman se preparaba para no morir de vergüenza si es que Milei llegaba a besarla.

Milei se acerca más... Hasta que... ¡Plom! Se desploma en el regazo de Myriam, el se había dormido en el regazo de Bregman, quien era la persona más cercana.

Myriam observa durante unos segundos a Milei y luego habla en un tono suave y amable.

- Sos un hombre adulto, no podes tener estos comportamientos de nene...- dice Bregman mientras evita tocar a Milei, quien yacía en su regazo.

Milei solo sigue dormido. Ninguno de los políticos presentes se habían dado cuenta del suceso ocurrido y solo seguían concentrados en sus cosas. Myriam sonreía mientras veía a Javier dormir, ella estaba aguantando la tentación de pasar una mano por su cabello, cuando de pronto...

Milei se despierta, un poco confuso, levanta la mirada y se da cuenta de dónde estaba recostado.

- Ah... Perdón, zurda- Milei se sienta y se acomoda la corbata, fingiendo que nada había pasado. - no le digas a Fátima, si? Se pone loca cuando malentiende algunas cosas. Igualmente solamente fue porque yo estaba ebrio, así que te pido disculpas por mí comportamiento- dice Javier mientras se acomoda el cabello y se coloca los lentes.

-Eh... No te preocupes, sos un pelotudo igualmente, no puedo creer que vayas a ser presidente... Un hombre tan imbécil como vos...- Dice Myriam mientras aparta la mirada y trata de comportarse seria e irritable cómo siempre.

- Si si, cállate, seré boludo pero convencí a medio país de votarme... Así que no soy tan imbécil como decís- dice Milei mientras observa a los otros políticos mientras charlaban.

Poco después, cada político empezó a retirarse hacía su respectivo hogar, solo quedaban Milei, Bregman y... Massa. Milei charla un rato con Massa y le ofrece llevarlo a su casa.

Javier gira su mirada hacia Bregman y le habla.

- Querés que te lleve? Seguramente no querés viajar en un remis o un Uber con un desconocido. Estoy en lo correcto, rusa?- dice Milei mientras se burla de Bregman.

- Si si, cállate, no tengo miedo de andar en el mismo auto que un desconocido. Esas son solo estupideces tuyas.- dice Bregman mientras se cruza de brazos.

- Bueno, entonces yo y Sergio nos vamos sin vos, y vos te vas en remis, colectivo, tren, taxi o lo que quieras.- dice Milei mientras juega con las llaves de su auto y le sonríe de manera burlona a Myriam.

Bregman piensa durante unos segundos. Una política como ella no puede viajar con un desconocido, ¿y si la secuestran? ¿Y si la matan? ¿Y si le roban? El país era inseguro, después de todo, así que giró su mirada hacia Milei y lo observó con una expresión seria.

- Entonces vos tenés miedo de que Fatimita te vea conmigo, no? Por eso me decís que me vaya sola.- dice Bregman con una leve risa al final.

Milei se sorprende y entrecierra los ojos.

- no digas boludeces, a la única mujer a la que le tengo miedo es a mí hermana; el jefe. No a Fátima y mucho menos a vos. Dale, mejor vení con nosotros y deja de hablar pavadas.- Milei se dirige hacía el lugar donde había estacionado el auto, el iba acompañado de Massa y Bregman.

Bregman iba observando hacía todos lados, Milei había estacionado en una zona peligrosa y eso parecía no importarle, al contrario de Bregman, quien estaba muy asustada por pasar por esa zona... ¡El auto estaba estacionado en la entrada de la villa 31!. Massa, por su parte, saludaba a todas y cada una de las personas que salían de la villa, al parecer eran sus conocidos.

Bregman iba atrás de todo, específicamente atrás de Massa, ya que Milei estaba en el frente guiándolos hacia el auto.

Un rato después, Milei sube al auto, esperando que sus acompañantes suban también.

- Las damas primero...- dice Massa mientras le hace un gesto a Bregman para que pase primera y se siente en el lugar que quiera.

Myriam estaba indecisa; no sabía si sentarse en el asiento del acompañante o en los asientos de atrás. Ella quería estar cerca de Milei, pero no tanto porque sino parecería una "rara", así que se sentó en los asientos de atrás, dejando que Massa se siente en el asiento del acompañante.

Mientras el viaje transcurría, Milei y Massa charlaban mientras Bregman estaba con su celular.

- Nomás no te marees zurda.- le dice Milei a Bregman mientras la mira por el espejo.

- No me voy a marear.- dice Myriam, sin apartar la mirada de su celular.

El viaje continúa, al parecer, Massa no iba a su casa, el iba a otro lado, así que el viaje sería largo, tranquilo, y tal vez, incómodo...

CONTINÚA EN LA SIGUIENTE PARTE, LA CUAL ESCRIBO MAÑANA O CUANDO ME ACUERDE.

~Un nuevo Mandato~ {Milei X Bregman}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora