Capítulo XXI

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Después de superar el laberinto de las brujas, Horura y Ma'at avanzaron hacia una nueva sala, esta vez menos oscura pero cargada de una energía intensa. En el centro de la cámara se alzaba una plataforma rodeada por un resplandor eléctrico, y sobre ella, dos figuras imponentes emergieron: las diosas de la tormenta, Bastet y Sekhmet.

Las diosas lanzaron destellos eléctricos que iluminaban la sala, revelando grabados que narraban la historia de antiguas batallas entre los dioses y las furias desatadas por las tormentas.

"Saludos, chicos", dijo Bastet con una voz resonante como el trueno. "Hemos sido testigos de su viaje y deseamos poner a prueba a su valentía".

Sekhmet gruñó con ferocidad. "En este templo de las tormentas, solo aquellos que resisten la furia de los elementos pueden avanzar".

Horura se puso en guardia, preparado para enfrentar la prueba que se avecinaba. "Estamos listos para afrontar cualquier desafío que se nos presente. Nuestra misión es crucial, y nada nos detendrá".

Las diosas de la tormenta desencadenaron su ira en una sinfonía de rayos y vientos furiosos. Horura y Ma'at se movieron con agilidad, esquivando los ataques mientras avanzaban hacia la plataforma central. El suelo temblaba con cada paso, pero la conexión entre los dioses de la Luz se mantenía fuerte.

"¡No subestimes la furia de la naturaleza!", rugió Sekhmet, lanzando ráfagas de viento cortante.

Ma'at, con gracia y determinación, creó una barrera de luz que protegía a ambos dioses. "La Luz y la Oscuridad pueden coexistir, pero deben mantenerse en equilibrio".

Bastet observó con interés. "Su unión es su fortaleza, pero la verdadera prueba aún está por venir".

La plataforma central se iluminó con una luz cegadora, y las diosas de la tormenta se desvanecieron. En su lugar, una figura sombría surgió: Setne, el dios de la envidia y la traición.

"¡Inocentes creaturas mortales, su viaje termina aquí!", declaró Setne, desatando una oscuridad malévola que oscureció la sala.

Horura apretó la empuñadura de su espada. "No subestimes nuestro poder. Estamos unidos por un propósito más grande que tu envidia".

Setne rió con desdén, lanzando hechizos retorcidos que desafiaban la conexión de los muchachos. Pero Horura y Ma'at, fortalecidos por las pruebas anteriores, resistieron con valentía.

La batalla en el Templo de las Tormentas fue intensa. Rayos y sombras se entrelazaban mientras los chicos luchaban contra la envidia encarnada. La sala temblaba con la fuerza de los elementos, pero la luz de la unión entre Horura y Ma'at brillaba más fuerte.

Finalmente, con un esfuerzo conjunto, Horura y Ma'at lograron sellar a Setne en una prisión de luz. La energía oscura se disipó, y la sala quedó en calma una vez más.

Bastet y Sekhmet reaparecieron, esta vez con expresiones de aprobación. "Han resistido la tormenta. Su unión es verdadera", dijo Bastet.

Sekhmet asintió. "Pero la verdadera oscuridad aún espera. Continué su viaje, y enfrenten su destino con coraje".

Con estas palabras, las diosas de la tormenta se desvanecieron, dejando a Horura y Ma'at listos para la siguiente etapa de su odisea.

***

Después de superar la prueba en el Templo de las Tormentas, Horura y Ma'at emergieron del lugar sagrado, sintiendo la energía de la victoria y la conexión fortalecida entre ellos. La oscuridad del templo quedó atrás mientras se adentraban en la península del Sinaí, rumbo a Sharm el-Sheikh.

El aire cálido y salado del Mar Rojo envolvía la costa cuando Horura y Ma'at llegaron a la ciudad. Las aguas cristalinas y las arenas doradas ofrecían un contraste agradable después de las pruebas en el templo.

La ciudad estaba viva con la actividad de comerciantes, pescadores y viajeros que transitaban por sus calles. Horura y Ma'at se sumergieron en la atmósfera vibrante mientras avanzaban hacia el corazón de Sharm el-Sheikh.

En el mercado, colores brillantes y fragancias exóticas llenaban el aire. Horura y Ma'at observaban con curiosidad los productos expuestos, desde tejidos finos hasta especias raras que emanaban aromas embriagadores.

Decidieron tomar un breve descanso en una posada cercana, donde se sentaron frente al Mar Rojo y disfrutaron de la vista panorámica. El sonido de las olas rompiendo contra la costa proporcionaba un trasfondo relajante.

Ma'at rompió el silencio. "Estamos más cerca de nuestro objetivo, pero la oscuridad aún nos acecha. Debemos estar preparados para lo que vendrá".

Horura asintió. "Las pruebas que enfrentamos hasta ahora son solo el comienzo. Cada desafío nos ha fortalecido, pero no debemos bajar la guardia".

El sol comenzó a descender sobre el Mar Rojo, tiñendo el cielo de tonos cálidos. Horura y Ma'at se pusieron de pie, renovados y listos para continuar su travesía. La ciudad, iluminada por las luces de la noche, los esperaba con nuevos secretos y desafíos.

***

Mientras Horura y Ma'at exploraban Sharm el-Sheikh, las sombras de Nekhbet y Nejebet se deslizaban sigilosamente entre los callejones de la ciudad. Las brujas, resentidas por su derrota anterior, maquinaban un plan para desviar a los dioses de su camino y crear discordia entre los habitantes de Sharm el-Sheikh.

En la plaza central de la ciudad, Horura y Ma'at fueron testigos de la tensión creciente entre los lugareños. Rumores de desgracias inexplicables y señalamientos infundados llenaban el aire. La sombra de las brujas se cernía sobre la paz de Sharm el-Sheikh.

Nekhbet y Nejebet, ocultas entre las multitudes, susurraban palabras de desconfianza y sembraban dudas en los corazones de los ciudadanos. Acusaciones sin fundamento dividían a la comunidad, mientras las brujas manipulaban las sombras para oscurecer la verdad.

Horura y Ma'at, desconcertados por la súbita hostilidad, se vieron obligados a tomar distancia de la ciudad para evitar el conflicto que las brujas habían desatado. La gente de la ciudad, cegada por las artimañas de Nekhbet y Nejebet, los miraba con recelo mientras se retiraban.

En un rincón apartado, lejos de las miradas acusadoras, las brujas celebraron su éxito momentáneo. "Las semillas de la discordia han sido sembradas", murmuró Nekhbet con satisfacción.

Nejebet asintió. "Los chicos no serán bienvenidos aquí. Ahora, mientras la ciudad se sume en el caos, podremos avanzar con nuestros preparativos para la resurrección de Seth".

Horura y Ma'at, conscientes de la trampa tendida por las brujas, se retiraron hacia las afueras de la ciudad. Aunque heridos por la desconfianza sembrada, sabían que debían encontrar una manera de revelar la verdad y restaurar la armonía en la ciudad.

***

Horura y Ma'at caminaban en silencio por la costa, alejándose de la tumultuosa ciudad. El susurro del viento y el suave murmullo del Mar Rojo acompañaban sus pensamientos.

Horura rompió el silencio, su mirada firme en el horizonte. "Las brujas han sembrado la discordia, pero no podemos permitir que prevalezca. Nuestro propósito es más grande que las sombras que intentan arrojar sobre nosotros".

Ma'at asintió con determinación. "La verdad siempre encuentra su camino. Debemos encontrar la manera de revelar la artimaña de las brujas y restaurar la confianza en el corazón de los habitantes".

Horura apretó la mano de Ma'at, encontrando consuelo en su unión. "Juntos superaremos esta prueba, como lo hemos hecho con cada desafío hasta ahora. La Luz prevalecerá sobre la Oscuridad"

Ma'at sonrió con esperanza. "El coraje y la verdad son nuestras armas más poderosas. Aunque por ahora nos vean con desconfianza, demostraremos que somos sus defensores, no sus enemigos".

Con la resolución en sus corazones, Horura y Ma'at regresaron a la ciudad, decididos a desentrañar las artimañas de las brujas y restaurar la paz en la ciudad. La oscuridad podía haber sembrado dudas, pero la luz de la verdad estaba destinada a brillar más fuerte.

Horus Jepri ChroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora