A la mañana siguiente siento que tocan a la puerta, pareciera alguien pequeño, pues los golpes son muy leves y agudos. Se escuchan unos pasos muy fuertes, vienen a mi habitación, me levanté lo más rápido que pude para abrir la ventana y ventilar los malos olores.
Nay: Señoritas, espero que no estén molestando a nuestra invitada, será mejor que se dirijan al comedor lo antes posible.
Esa voz sin duda era la más aterradora que podrías esperar, algo gruesa y fuerte, se trataba de la encargada de la casa quien venía a despertarme.
Nay: Señorita, espero que ya esté despierta, en cinco minutos se sirve el desayuno y no esperamos a nadie, en quince minutos se levanta la mesa.
Me apresuré para bajar lo antes posible al comedor, con un poco de suerte pude llegar antes de que comenzaran a comer.
Nay: por poco y no llega señorita... no se su nombre, ¿se puede presentar ante todos?
Paola: mi nombre es Paola, tengo dieciséis años, un gusto conocerlas.
Nay: Tome asiento en donde pueda, ya vamos a comer.
La mesa era pequeña como para tener a quince personas comiendo en ella, por cada lado había una banca lo bastante grande como para cubrir el largo de la mesa. Me dispuse a sacar algo para comer cuando de pronto una niña me advierte que no debemos sacar nada hasta que Nay lo indiqué.
Nay: después del desayuno le mencionaré las reglas señorita Paola, tenemos mucho de qué hablar, ya que pronto serán dos.
No entendía en ese momento a qué se refería con que pronto serán dos, ¿esperaban a otra niña para el desayuno?, todas estaban impacientes esperando que algo sucediera, un silencio incomodo inundaba la habitación, pareciera como si todas se estuvieran preparando para una guerra cuando de pronto se escucha el tintineo de una pequeña campana.
Nay: Demos gracias por la comida que tenemos hoy frente a nosotras, por favor, tómense de las manos.
si este iba a ser mi nuevo hogar por el momento debía respetar las reglas, tomé de las manos a las niñas que tenía a mi lado y agaché mi cabeza, cuando escuché un amén algo forzado por muchas solo pude distinguir ruido de platos y gritos que provenían de las niñas.
Nay: señorita Paola, será mejor que busque algo que comer o no le dejarán tomar desayuno.
la mesa parecía un campo de guerra, puños y patadas iban y venían, los gritos no cesaron sino hasta que la mesa se encontraba vacía, por suerte pude agarrar un pequeño pastel que tenía en frente, pues la comida no tardó en desaparecer de la mesa.
Nay: espero que todas comieran algo, ahora vamos a levantar la mesa y cada quien a su tarea.
Paola: Señorita Nay, disculpe... ¿Qué debo hacer?
Nay: ¿Qué es lo que no entendiste de levantar la mesa?, ya hablaremos de tus tareas en la casa, primero ayuda a las niñas a limpiar la cocina.
me dispuse a ayudar a las niñas y pareciera que estaban todas coordinadas con alguna tarea, pues nadie se topaba con la otra y recogieron las cosas en unos pocos segundos. me dirigí al lavavajillas y todo estaba ordenado, pero sucio, a los segundos entendí que tendría que lavar la loza. Una pequeña niña se acerca a mí y me indica que a ella siempre le toca limpiar los trastes sucios, pero en esta ocasión me los dejaría a cargo para que Nay no se enoje, luego de eso se fue corriendo fuera de la habitación dando pequeños brincos, me acerqué a la ventana y pude ver que algunas niñas estaban tendiendo ropa, otras llevaban canastos con la colada del día y unas cuantas estaban lavando ropa a mano.
Nay: Señorita Paola, será mejor que comience luego, pues deberá preparar el almuerzo para todas... por cierto, hoy habrá puré con una guarnición de verduras y los conejos que cazaron los muchachos por la madrugada.
no estaba ni a la mitad de la tarea cuando de pronto escucho otra campanada, pero esta vez era un poco más grabe, pude ver por la ventana que las niñas volvían corriendo a la casa, así que me dispuse a caminar al salón principal.
Nay: Niñas, los chicos van a volver pronto y tendrán hambre, están muy cansados, ya saben qué hacer. Por cierto, señorita Paola, espero que la vajilla esté limpia, la vamos a necesitar en pocos minutos.
la desesperación invadió mi cuero, sentí cómo es que la adrenalina recorría mi cuerpo, corrí a la cocina y una de las chicas ya estaba terminando lo que yo con suerte pude avanzar en unos minutos, no me demoré ni cinco minutos en el salón. Un par de chicas pasaron a mi lado, interrumpiendo mis pensamientos en los cuales me había dejado caer, en menos de cinco minutos ya había comida en la mesa, esta vez era menos que la anterior, incluso pude ver menos platos sobre la mesa.
Algor: Buendía Señoritas, muchas gracias por su trabajo, los chicos ya están por llegar, por favor necesito que salgan de la habitación - mirando a Paola Fijamente - eso la incluye a usted también señorita.
Di media vuelta y unas figuras casi de mi tamaño comenzaron a aparecer desde la esquina del pasillo, no esperaba ver a Erick entre ellos.
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Mi niñera y yo (Bebé A Los 12) Parte II
FantasíaYa sabemos la Historia de Esteban, ahora nos toca saber la Historia de Laura y todo sus secretos... Althurn: un pueblo desconocido y misterioso para muchos, pero para sus habitantes es algo más que solo un pueblo, es su universo. Lago Amber: lugar e...