Capítulo 29: Las palabras de Lala

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Prem no iba a admitir ciertas cosas en voz alta.

Excepto quizás si Boun se lo pedía.  O se lo ordenaba con su voz de alfa.

La Voz con mayúsculas ponía a cualquier omega o alfa de menor rango al que la usaba de rodillas, a veces de forma literal.

Cuando naciese el bebé no le importaría ponerse de rodillas para comer algo que solo Boun tenía en el menú.

Lala le sacó de su ensoñación.

-Es muy normal tener la libido disparada durante el embarazo.  Las hormonad afectan al omega y también al alfa.

Prem apartó la mano que sin darse cuenta había puesto en un lugar comprometido.  La marca de la cicatriz le palpitó.  Boun estaba trabajando y si no se calmaba iba a acabar saliendo antes del trabajo.

-¿Es normal? Es que no sé... porque con Boun siempre ha sido diferente a con otros.  Mil veces mejor.

Lala se sentó a su lado.  Se sacó del bolso del mandil un ungüento.

-Esta hecho de hierbas.  Son todas con propiedades calmantes naturales - se lo aplico en la cicatriz.  - Boun no me perdonaría que lo
pasases mal. Y también tengo que cuidar de él.    No puedo permitir que salga del trabajo.  Ni quiero escucharos haciendo determinadas cosas.

Prem sonrió.  Le gustaba esa mujer.  Le gustaba estar a su lado y como le cuidaba.

-Y si, cuando encuentras a tu alma gemela la intimidad es increíble.  Quiero cuidaros y que nada os pase.  Yo me quedé viuda muy joven, y tanto yo como mis dos hijos debemos mucho a la familia.

Cruzaron la mirada.  Prem adivinó que no quería hablar del tema.

-Me cuidas muy bien.

-He preparado la cena de hoy.  Aunque no lo recordemos a veces, en este mundo hay normas.  Alfas, omegas, betas.  Familias, comunidades.  Y Boun ocupa un puesto muy alto en la jerarquía de la manada de Bangkok.  Está entre los cuatro alfas superiores en la ciudad.  Ohm vino más tarde y aunque sea un alfa honesto y fuerte, aún necesita hacer méritos para ser más que un miembro regular del Consejo.

-Fluke a veces hablaba de esas cosas.  Como Boun estuvo fuera, no creía que perteneciese al Consejo.  Yo soy omega y pobre, así que solo sé algo del Consejo si me llega alguna amonestación o publican una decisión.

-Es cuestión de lazos.  Como todo en nuestro mundo.  Lazos de sangre, lazos de sentimientos, de dominación, de confianza. Boun recibió su lugar antes de acabar su formación.  Ohm vino a la ciudad para estudiar y aunque su familia es importante, para el Consejo es aún un recién llegado.

-Es un mundo de alfas -dijo Prem con tono pensativo.

-Nunca olvides eso.  Se habla mucho de lo que los omegas han conseguido.  De que ahora el mundo es más fácil para las mujeres beta y para los omegas, al final del día sigue siendo un mundo donde los alfas son los privilegiados.

-Toda la vida lo he tenido en cuenta.

-Pero bueno, has conseguido a uno bueno.  De los mejores.  Y él ha conseguido el premio más alto.  Eres su alma gemela.  Y justo lo que necesitaba. 

-Lala, solo soy...

-No, para mi eres alguien importante.  Has hecho a Boun feliz de verdad.  Has sido honesto con él. Me preocupaba que no encontrara a su alma gemela.  Especialmente después de su ex.

-Boun habla bien de él.

-Boun no quiere problemas con nadie.  A veces  debería ser menos bueno con quien le hace mal.  No sé cómo puede ser amigo de ese chico después de lo que hizo.

-Boun habla de su ruptura como algo muy civilizado.

-Oh, lo fue.  Conoció a su alma gemela, o eso dice.  Porque ni le ha marcado.  Le dijo a Boun que tenía que terminar con él para irse con ese alfa.  Es un miembro importante de la comunidad, en otra provincia, muy rico y sobre todo, vive de las rentas familiares.  Le dijo a Boun que no podía estar con un adicto al trabajo.  Y después, cuando supuestamente había roto primero con Boun, estaba viviendo con el otro en una semana.

Prem no pudo evitar una sonrisa.  Había estado celoso de su ex y ahora podía ver que no debía tener inseguridades.

-Voy a acabar la cena.  Te dejaré para que te vistas y me quedaré hasta que llegue Boun.  No te pongas nada muy casual.  Es mejor que vistas formal.

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