Capitulo Único

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"Harry, no creo que debas irte solo". Hermione lo miró con las manos en las caderas.

"Estaré bien. Recuerdo el diseño del castillo. Seguramente puedo prescindir de ustedes dos por un tiempo, ¿verdad?

"No me preocupa que te pierdas, me preocupa que te encuentres con alguien peligroso. Si no puedes distinguir a un amigo de un enemigo, puedes meterte en muchos problemas".

"Soy un héroe, ¿verdad? ¿Quién me amenazaría? Todo el mundo me conoce. Estoy seguro de que estaré bien".

"Pero - "

"Por favor. Lo lamento. Te creo cuando dices que eres mis mejores amigos y todo eso, pero no te conozco en este momento y me siento asfixiado. Sólo necesito un poco de espacio para respirar. ¿Qué puede salir mal en una hora?

"Si nos necesitas - "

"Sí, todavía tengo mi varita. Amuleto de escudo, maleficios, todo eso. Estará bien. Te veré en la cena".

Harry dobló la esquina antes de que ella pudiera responder y caminó tan rápido como pudo sin parecer que estaba huyendo. Esos dos lo estaban volviendo loco con su vuelo. Y su dolor de cabeza regresaba con solo intentar recordar los nombres de todas las personas con las que se encontraban.

Algo salió mal antes en su clase de Defensa. Lo llevó a la enfermería sin ningún recuerdo de ninguna persona. Ningún nombre o rostro le resultaba familiar. Una pizarra en blanco.

Podía recordar estar sentado en sus clases, pero no al profesor que le enseñó ni a los estudiantes con los que se sentó. Recordaba una batalla épica de luces parpadeantes y piedras explosivas, pero no a sus oponentes. Recordaba haber llorado en un funeral pero no a la persona que murió.

Fue extraño.

El consejo de la matrona fue que lo dejara en paz y en dos o tres días su memoria regresaría por sí sola. Apurarse sólo le producía dolores de cabeza. Ron y Hermione se habían encargado de acompañarlo cada segundo del día.

Estaba harto de ellos.

Dobló una esquina y chocó contra otro cuerpo, tirándolo al suelo.

"¿Qué carajo, Potter?" Un niño rubio pálido yacía en el suelo sobre un montón de pergaminos y piedras rúnicas. Enfadado, juntó el pergamino en una pila desordenada.

"Lo lamento. No estaba mirando hacia dónde iba". Harry se quedó mirando, cautivado por este chico. Algo cálido se agitó dentro de él mientras observaba todo de un vistazo. Tenía la piel tan pálida. ¿Cómo se vería contra la piel más oscura de Harry? ¿Era su cabello tan suave como parecía? Y esos labios. Eran de color rosa pálido, y aunque estaban fruncidos como estaban, Harry quería trazarlos.

Aturdido, se arrodilló para ayudar a reunir las runas esparcidas. Harry se los tendió. Suspiró cuando la mano del chico pasó por su palma para recogerlos. El calor floreciente se enroscó en su vientre.

"Deberías tener más cuidado", dijo el niño mientras se levantaban, con la mirada fija en el suelo. Se giró para alejarse pero Harry lo agarró del brazo.

"Esperar. ¿Te conozco?" Harry acarició el brazo del niño, parándose cerca de su cuerpo.

Los ojos grises se entrecerraron confundidos y un ligero sonrojo cubrió sus mejillas. "¿Hablas en serio ahora mismo?"

"Sí, tuve un accidente en clase y mi memoria... no puedo recordar a nadie. ¿Somos... somos ex? Harry se acercó más, chocando brazos y caderas, su corazón comenzó a acelerarse. Él quería . Quería lamer esos labios. Quería sentir el calor de ese cuerpo sobre el suyo. ¿Fue porque solía tener a este chico solo y lo extraña?

Si Tan Solo Pudiera Olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora