Capítulo 6.

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Borracha Egoísta.

Me desperté más temprano que de costumbre, Culebra aún seguía dormida y me alegro porque asi podía ver como dormía y lo linda que se veía, el subir y bajar de su pecho al respirar, ese sonidito tan pequeño que se escuchaba cuando inhalaba me daba una tranquilidad que solo sentía cuando Daniela estaba conmigo, pero ahora a quien tenía era a Melody y no voy a cagar las cosas con ella, voy a ser un buen amigo, el mejor amigo que algún día podría tener, no voy a enamorarme de ella y arruinar la amistad que hasta este momento llevamos, no me voy a enamorar porque no quiero que me lastime.
Mi estomago rugía de hambre, ayer solo me fui a la cama con solo unas palomitas y una Adrenaline, me levante y me propuse hacer mi desayuno, huevos revueltos con frijoles licuados y un café bien caliente, ¿Culebra querrá también?.

-Buen día, Dy.- saludo Sarah ya con su café en las manos.

-Buen día a ti también Sarah.- la salude echando los huevos a la sarten.

-Melody, me parece una linda chica.- la miré para ver si bromea, pero no.

-Lo es.

-Ella sin duda es tu otra mitad, es...es como tu.- sonrió.

-Lo sé.

-Me gusta para ti.

-Sarah detente, Melody es solo una amiga, no quiero nada más con ella solo una amistad, ambos estamos heridos y no pienso cagar las cosas.- echo huevo a mi plato y sirvo una para Mel.

-Venga Dylan, ella es linda, sabes que puedes enamorarte de ella, ella no será como Daniela, enamorate de nuevo, no es malo.- se sento en el sofá y pensé que responderle.

-No, no me voy a enamorar de ella.

-Triste, acabarás como yo, una solterona aburrida, casada con el trabajo.- bebió de su café.

Le sonreí.- Te idrolato, eres mi ídolo, lo sabes, ¿no?.
Se escucho cerrar una puerta, volteé mi vista hacia mi cuarto y estaba Culebra parada con las manos en sus ojos, llevaba una camiseta mía, le quedaba grande, cubría su culo.

-Buenos días, Sarah.- la saludo.

-Buen día Mel, bueno pues, iré a checar algo.- se metio a su improvisada oficina.

-¿Dormiste bien?.- le pregunte a Culebra, aun no olvidaba el piquito que nos dimos y como lloró anoche en mis brazos.

-Da igual.- dijo ella y se dejo caer en el sofá.- ¿puedo ver televisión?.

-Claro, solo no subas el volumen.- la observe durante un largo tiempo.

-Deja de mirarme, sé que lo haces, asi que deja de hacerlo.- me dijo aun mirando la televisión.

-Ven Culebra, el desayuno ya esta.- le dije poniendo los platos en la mesa.

-No quiero.

-Ven, no seas asi, lo hice con amor.

-No.

-¿Por favor?.- hice un puchero.

-Bien.- a regañadientes apago la televisión y se sentó en una de las sillas.

-No me sirvas café, no es lo mío.- me detuvo a tiempo antes de que sirviera café.

-¿Quieres un Red Bull?.- le ofreci.

Sonrió y sus camanances aparecieron.- No, ¿tienes jugo de naranja?.

-Si.- me levante y ella me paro.

-Iré yo, gracias.- la observe caminar y maldije por lo largo que le quedaba mi camiseta ya que asi no podía ver su culo.
Terminamos de comer y la invite a quedarse para ver una película, pero se nego.

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