¿Sabes esos pequeños momentos de distracción que estás más centrado en tus pensamientos que en tu alrededor? Es lo que me estaba ocurriendo, ni siquiera me di cuenta de las voces de mis amigas llamándome por mi nombre.
-¡Sun-hee! -gritó repentinamente mi amiga Nick.
Parpadeé con repetición.
-Disculpa, estaba metida en mis pensamientos. -dije mirándola.
Ella me miró con duda, en silencio.
-Está bien, pero por lo menos escúchanos antes de irnos al centro del pueblo. -respondió Haneul, mi otra amistad.
Asentí con mi cabeza levemente y me senté correctamente.
-Estuvimos dándole vueltas a tu plan, Sun-hee, pero nos parece muy arriesgado, podríamos salir perjudicadas nosotras y todo el pueblo. -comentó Nick.
Suspiré, sabía que diría eso.
-No tiene porque, si lo hacemos bien-. -fui cortada por ella.
-No, déjate de tonterías. Es peligroso y punto. -respondió la femenina, mirando a Haneul.
-Nick tiene razón. -dijo ella sin rodeos.
Me levanté de la silla molesta, ni siquiera me dejaron acabar de hablar. Quería irme, así que eso hice, salí de esa habitación, dirigiéndome hacia la zona comercial del pueblo.
-¡Sun-hee! -gritó un hombre, su voz se me hizo familiar.
Me giré hacia donde provino aquella voz, era Ben, mi amigo de la infancia. Un chico de 18 años de edad, alto y de complexión delgada, pelo oscuro; ondulado y con mechas castañas, ojos grandes y marrones, nariz recta y cejas rectas. Era el típico guaperas del pueblo.
-Sun-hee, vamos, alegra esa cara, he traído manzanas. -comentó el con una sonrisa.
Ben sabía que me gustaban mucho las manzanas de su huerto, tenían un sabor único y dulce. Me acerqué hacia el y se me esbozó una sonrisa al ver el color rojo de aquellas.
-¿Quieres una? Te la regalo. -dijo el con un tono de felicidad.
-Muchas gracias, Ben, siempre me alegras los días. -sonreí y cogí una, se veía jugosa.
-¿Qué te pasa? Hoy te noto apagada. -preguntó, se podía ver la preocupación en sus ojos marrones.
-No te preocupes, no es nada importante, es solo que hoy no logré conciliar el sueño. -dije tratando de sonar natural y creíble, no quería decirle el verdadero motivo, aún estaba pensando si debería comentarle sobre mi plan.
-Comprendo, me suele pasar. -dijo mirándome con una sonrisa amable.
Nos mantuvimos en silencio durante unos segundos, no sabíamos como continuar la conversación. Después de pensar y pensar, hablé.
-Ben. ¿Hoy estás libre? Me refiero por las 17:00. -cuestioné mirando al chico.
El asintió con su cabeza, sin quitar la sonrisa de su rostro.
-Bien, pues cuando sean las 17:00 vendré. -comenté devolviéndole la sonrisa.
Ben volvió a asentir con la cabeza. Cuando vi que una señora mayor se le acercaba al puesto, me despedí con la mano y seguí caminando, pero no sin antes darle una mordida a aquella manzana, estaba tan buena... Ojalá fueran infinitas.
Seguí caminando y empecé a tararear mi canción favorita. A medida que iba avanzando, escuchaba algunas voces, al parecer los guardias y el alcalde estaban hablando sobre Yalen, el pueblo enemigo. Una curiosidad recorrió mi cuerpo y opté por esconderme detrás de una pared, típico pero adecuado en la situación. Seguí escuchando con atención y... Habían descubierto que tenía un plan para recuperar las pertenencias, pero las opiniones no eran buenas, más bien estaban hablando de detenerme, así "evitarían que pudiera ir".
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Todo regresa
AdventureLek, un pueblo grandioso y lleno de reliquias y joyas, fueron atacados por los Yalen, a mediados del año 1988, les robaron las pertenencias y por mucho que las intentaran recuperan, sabrían que saldrían perdiendo. Los Yalen formularon un gas que al...