Finalmente

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Toge era alguien muy positivo, travieso y alegre. Siempre estaba contento, moviéndose, inquieto y gastando bromas. Era el regalón de su amigo Panda y un hermano menor para Maki.

Aún así, Toge tenía dos problemas, no, tres para ser precisos.

Uno, era mudo, había nacido con una mal formación en sus cuerdas vocales, lo que le impedía tener una voz normal, además le dolía al hablar, por lo que solo podía emitir pequeños gemidos o palabras cortas y con voz muy baja, prácticamente susurros. Según sus dos amigos, sus únicos amigos, su voz era extremadamente sueve, pero para Inumaki, era rara y fea. El lenguaje de señas, era su forma de comunicación si quería tener conversaciones largas.

La segunda, era un albino, como si ya no fuera poco común, ser alguien mudo.

Tercera sus ojos eran aún más raros, el violeta era un color que solo el 0.01% lo tenía... era el y nadie más prácticamente.

Si bien no se despreciaba, no pensaba en el como alguien digno de merecer atención. Aún así, se esforzaba cada día por pensar diferente, por aprender a valorarse con lo que tenía. Algún día alguien además de sus amigos lo miraría por lo que es.

Pero por el momento, prefería poner atención a su Universidad y las clases.

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Toge miraba su almuerzo, apenas había tocado su bandeja. Tenía un examen que debía rendir y este valía el 30% de la nota final.

Sus pruebas tenían porcentaje. La primera valía un 20%, la segunda un 30% que era para la que estudiaba y la tercera un 40%. El otro 10% eran pequeños controles que se hacían en clases.

Por lo tanto su estómago estaba demasiado ocupado retorciéndose en nudos por el nerviosismo, como para desear cualquier tipo de comida.

El normalmente, no almorzaba solo, lo acompaña Maki, pero está vez ella tuvo que irse a terminar un trabajo, por lo que estaba solo en esa gran cafetería. Maki también era la que mantenía a raya a un par de compañeros que usualmente lo molestaban. Inumaki había supuesto que al estar en una Universidad, las personas eran mucho más maduras. Pero...

-Oye discapacitado ¿Tu guardiana te dejo solo hoy?

Uufff... Toge comúnmente pasaba de mirarlos. Trataba de ignorar las idioteces lo más que podía. A palabras necias, oídos sordos.

O como decía su amiga Maki, los cobardes y los débiles, siempre atacan en grupo.

-¿Que pasa no puedes hablar, eres mudo? -dijo otro riéndose.

Imbécil, no sabía si era por la prueba o que, pero no estaba con la paciencia suficiente. Miro de manera furiosa a uno de esos cretinos, vio con satisfacción que los dos idiotas retrocedieron un paso.

-Te crees muy valiente.

No me creo, pensó Toge, soy valiente.

Uno de ellos agarro el vaso de agua que tenía Toge y se lo tiro encima. Mojando toda la polera del albino.

Perfecto, él se lo busco. Toge se giró un poco, despistando a esos dos, que juraron por un segundo que Inumaki se iba con miedo. Ninguno espero que eso fuera un impulso para atinarle un golpe directamente en la mandíbula a uno de esos idiotas. Tal sería la fuerza, que lo dejo tirado tres metros más atrás. El segundo no se quiso hacer el valiente, por lo que levantó a su amigo aún mareado, en estado de shock y se lo llevó.

Inumaki se felicito internamente.

Su hora de almuerzo iba a terminar pronto.

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