CAPITULO 54: UNA HISTORIA SIN FINAL FELIZ

253 22 2
                                    

Esa mañana Anabel fue a la universidad y tan pronto términos sus clases se dispuso a ir a la empresa de su madre.

Mientras se despedía de su amiga Marian, vio a lo lejos a Mesick, como siempre sin perderla de vista un segundo, protegiéndola y cuidándola pero su corazón estaba roto porque se había enamorado de su guardaespaldas pero no podía aspirar a una relación con él.

- Amiga tu guardaespaldas esta guapísimo- le dijo Marian devorando con la vista a Mesick.

Como le hubiera gustado decirle "si, pero es todo mío"

Anabel hizo un mohín de disgusto pues mientras más distancia pusiera entre ella y Mesick era mejor, se había enamorado y dolía saber que él nunca seria para ella.

Ya en otra oportunidad ella le había tocado el tema de su novia y cuando el reconoció que no la amaba, le había pedido acabara con ese compromiso absurdo pero el se negó.

Ahora solo debía dejar que el tiempo sanara su corazón y cuando llegara el momento que Mesick saliera de su vida no sufrir tanto.

Sin embargo era tan difícil no involucrar sus sentimientos, el prácticamente se había vuelto su sombra, la seguía a la universidad, a la empresa, cuando visitaba a una amiga y su corazón cada día se enamoraba más de él.

Anabel ignorando el comentario de su amiga se despidió de ella con un beso en la mejilla.

- Amiga nos estamos hablando-

- No faltes a mi cumpleaños que será en 2 semanas y por favor lleva a tu guardaespaldas, tal vez pueda bailar con él.

Anabel no pudo evitar sonreír divertida pues su amiga era un caso.

Seguidamente camino a su auto pasando por un lado de Mesick e ignorándolo.

Se introdujo en el auto y por el espejo retrovisor vio que Mesick hizo lo mismo para seguirla.

Pero cuando encendió el auto, este no respondió y continúo insistiendo sin resultado y frustrada golpeo su cabeza contra el volante lanzando algunos improperios.

- Baja del auto-le dijo Mesick a su lado al tiempo que le abría la puerta

Frustrada y molesta Anabel se bajó del auto y Mesick intento encender el auto, luego salió del auto y abrió el capo para chequear los cables dando con la falla.

- La batería esta descargada, llamare a un mecánico-informo.

Anabel por su parte marco en su teléfono a una línea de taxi y cuando le estaba dando a dirección el teléfono prácticamente le fue arrebatado por Mesick quien tomo su llamada.

- No es necesario ya el taxi, hasta luego.

- Oye porque hiciste eso-le cuestiono molesta Anabel.

- Yo te llevare- informo sin derecho a réplica.

- No, me iré en taxi- insistió exigiéndole con un ademan de manos que devolviera el móvil.

- No lo permitiré-sostuvo dictatorial devolviéndole el móvil y explico- no dejare que vayas con un extraño, yo te llevare, sube al auto por favor Anabel- su tono de voz se suavizo con la última frase.

Anabel entendió que nada lograría discutiendo así que creciendo su enojo se dirigió al auto de Mesick.

Mesick le abre la puerta trasera para que entrara.

Anabel lo mira furibunda y tomando represalia contra él le exige.

- Quizás deberíamos volver a los formalismos y no tutearme.

Hana; hacia la libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora