Capítulo 1

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¡Rotura de ligamento cruzado anterior! La noticia que nadie quería oír, ya es una realidad.
La tristeza de millones de argentinos ante la posible pérdida de su defensor más querido
de los últimos años. El cuerpo médico está evaluando la situación, pero todo indicaría que
el Cuti Romero tendrá de seis meses a un año de recuperación, en caso de volver a las
canchas de fútbol.

El clima es, por ponerlo en palabras sencilas, desolador.

Un país entero se toma el cabeza angustiado ante las noticias que emiten todos los medios frente a la lesión del último partido en el Maracaná contra Brasil. Se la tenían jurada, y él lo sabía. La infinita cantidad de barridas que hizo para defender los colores de la patria, algún día le pasaría factura. Y así fue.

Cristian observa el diluvio afuera desde la ventana de la clínica en donde se encuentra internado tras la cirugía de reconstrucción. Quizá el cielo está derramando todas las lágrimas que él está conteniendo internamente, porque llorar es para maricones. Él nació para defender, contener y proteger. No para que lo traten como una porquería inútil, entre algodoncitos. Cierra los ojos e intenta afinar el alcance de sus oídos para escuchar algo de lo que el cirujano le comenta a su madre en el pasillo.

— En la primera semana vamos a empezar con crioterapia, drenaje linfático y algunos ejercicios de tobillo y dedos para que funcione la bomba de gastrocnemio que permite mejorar el retorno venoso. De paso, tonificamos los músculos de la pantorrilla. Después seguimos con fortalecimiento isométrico del cuádriceps, movilización de la rótula y ejercicios de ampliación articular. —el médico gesticula con ambas manos, formando una v corta— Así, hasta noventa grados nada más para que no sea doloroso.

—¿Cuánto va a tardar toda la recuperación, doctor? —pregunta Rosa, apretujando la mano de su esposo a su lado.

— En total, podemos calcular un mínimo de dieciséis semanas, todo depende de cómo vaya evolucionando y reaccionando al tratamiento.

— ¿Va a poder volver a jugar entonces? — pregunta su padre.

Cuti no escucha nada más. Tan solo se hace un silencio sepulcral, seguido del sollozo de su madre.

No hace falta que le digan nada más.

La puerta se abre luego de unos momentos y Romero finge estar dormido. No tiene ganas de enfrentar lo inevitable. Pero el chiste no dura mucho porque le cambian el suero junto con los analgésicos que se inyectan en el punto de punción para la aguja. La enfermera regula el flujo y el goteo se acelera un poco. El jugador inmediatamente se siente más relajado, y pronto cae rendido ante la acción sedante de la droga.

...

Ocho meses pasaron de aquel fatídico día y a pesar que los ejercicios de rehabilitación van funcionando de maravilla, la sentencia sigue firme. No hay manera de disfrazar la verdad para convencerlo de algo que nunca sucederá. Cuti jamás podrá regresar a jugar ni con el seleccionado ni con el Tottenham. El anuncio se realiza dentro de una conferencia de prensa que brinda el cordobés junto a Tapia, el presidente de la AFA como apoyo a la decisión del defensor. Logra, por todos los medios posibles, no hacer un espectáculo lacrimoso ni morboso como el que todos los periodistas espetan. Tan solo anuncia su retiro como jugador profesional y le desea la mejor de las suertes al plantel de la Mayor y a los pibes que vienen detrás.

—¿Pensaste en lo que te ofrecí el otro día? —pregunta Tapia, encaminándose hacia su oficina seguido de Romero.

—Todavía no me decidí.

—Es una oportunidad para que sigas facturando y nos representes. La gente te quiere, y es una manera de que sigan viéndote.

—Qué se yo... —Romero camina lentamente con la férula en su pierna derecha, para no esforzarse.

Doble DiscursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora