Capitulo 12 - Locura

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Bills observó como el trío frente a él se retiraba sin evitar ver al kaioshin un poco molesto pero con un ligero rubor en las mejillas, algo que le pareció de lo más lindo, entonces fue cuando su miradas se cruzaron por unos segundos antes de que Shin terminará con fruncir el ceño y sin más que decir pronunció esas palabras para teletransportarse.

Después de unos minutos de haberse ido, Bills permanció en silencio de pie en ese mismo lugar pensando el motivo de aquella actitud de aquel kaio, talvez y solo talvez había sido un poco descortés pero ya nada podía hacer y ahora se sentía un poco arrepentido, tenía que pensar en algo para remediar aquella incómoda situación en la que se había metido, ¿Porque ahora tan derrepente le importaba como se sentía su contraparte?
Solo se limitó a tocar su hombro izquierdo dónde previamente se había hecho esa cicatriz en símbolo de unión a aquella persona que ahora lo enloquecía, o ¿era acaso una marca de pertenencia? Nunca en sus millones de años de vida había tenido sensación que se le igualara. ¿Acaso en realidad estaba enamorado? Y ¿De un kaioshin la persona más opuesta a él?
Rápidamente desechó esa idea, si bien se lo había confesado aquella noche cuando aquel dimnuto ser no se encontraba bien de sus facultades mentales en aquella imprevista fiesta, solo lo hizo para quitarse ese peso de encima con la esperanza de que él otro no lo recordara. Pero ahora que lo ve junto a otro, ¿porque le molestó si en realidad no siente nada por el? ¿Verdad?

"Eres un tonto Bills" pensó para si mismo sin que aquel que se hallaba ahora en otra dimensión supiera atravez de aquel diminuto enlace.
Negando con la cabeza se giró para toparse con las miradas acusadoras de los dos kaioshin de bajo nivel que estaban al mando de Shin, no pudo evitar sentir culpa pero no les permitió que estos la notarán y sin más solo se retiró con la escusa de que iría a descansar, pero en ese momento el kaioshin anciano se armó de valor para hablarle.

Ro: no debería de tratar así al supremo kaiosama señor Bills.

Bills: y ¿ahora tu me darás órdenes? Veo que no has aprendido nada desde que te encerré en esa fría espada.

Ro: y por lo visto, usted no ha cambiado mucho tampoco

Bills: ese es mi problema viejo.

Ro: se que ya no me incumbe, pero si sigue actuando de esa manera terminará haciendo que el chico lo odie.

Bills: crees que me importa lo que ese enano sienta por mi, soy el dios de la destrucción, no necesito que nadie me quiera, ustedes solo hagan su trabajo y dejen de meterse dónde no los llaman.

Ro: pues a nosotros si nos importa el chico, no podemos quedarnos callados, además si a usted no le interesa lo que haga él ¿porque no lo deja ser feliz?

Bills se detuvo, algo de eso lo molestó, : ¿Porque no lo dejó ser feliz?....Talvez sea porque el y yo estamos unidos para siempre y
(Haciendo una pausa momentánea)....me desaré de aquel que quiera impedirlo.

Bills tenía una mirada que haría llorar a cualquier persona que lo viera a la cara ya fuera niño o adulto. Los dos shinjins se habían paralizado por el tono en que lo dijo, definitivamente había algo extraño en el pero ya no quisieron decirle más, ¿Porque esa actitud tan repentina de posesión de aquel dios frente a ellos?
Ro pensó : ¿Acaso se volvió loco?
Ambos shinjins lo vieron caminar para sentarse bajo un árbol e intentar dormir.

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~Con Bills ~

Mientras observaba aquellos shinjins que le reprochaban su mal comportamiento sintió como una voz le susurraba al oído: ya déjalo sabes que él no te pertenece.
Bills trató de concentrar su atención en la voz del kaioshin anciano pero de nuevo esa molesta voz sin dueño físico le provocó: Shin es mío lo sabes bien, yo seré quien me quedé con él, ya no puedes evitarlo....

Tú mi talismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora